Tu vida es para amar
PAUTAS
Hasta el momento en todas la charlas se ha hablado del Amor, se ha dicho que el Amor nos hace felices (cf. Dt. 4,3), que es lo que nos da la vida (cf. Lc 10,28; 1Jn 3,14) y es lo que verdaderamente nos desarrolla. Ahora de lo que se trata es de explicarle a la gente con fuerza y claridad, qué es amar; y como se ama, es decir en qué consiste el amor cristiano hasta hacerle comprender y creer que el verdadero amor al hermano consiste en amarle como Jesús, mostrándoles un amor realista, concreto y comprometido con el prójimo (cf. Lc 10,29-37).
Este tema, al no vivirse, por sus contenidos, tiene el peligro de tomar un tono de simple exigencia; por esto las personas más que descubrir que tienen que dar la vida tienen que descubrir que el mundo reclama su vida y que en darla está su realización y gozo verdadero
Las personas verán que pisamos tierra, que desde el Amor de Dios nos puede el mundo y estamos trabajando por él, y de una manera distinta y eficaz que va a poner de raíz la solución. El mismo predicador concretará en la charla el amor no desde fuera de forma teórica, sino que espontáneamente compartirá su experiencia de descubrimiento y vivencia del amor e irá llevando desde lo humano hasta lo divino y sin necesidad de rebajar el amor humano, hará descubrir la mayor eficacia en el amor, el amor hasta el extremo (cf. Jn 13,1; 15,13).
Sabemos que el amor que proponemos es muy distinto a el que entiende normalmente la gente. Sin embargo ella misma lo anhela aunque no nos lo exprese en palabras. Por esto el fruto propio del anuncio explícito y claro desde la Palabra de Dios del amor al que están llamados les hará sentirse naturalmente atraídos y seducidos (no sobre cargados) por un amor que sin entenderlo aun ellos mismos anhelaban.
La vitalidad que supone el tema para la propia persona y aquellos en los que repercute y repercutirá, es un elemento indispensable en la charla, que ya desde el principio marcará un tono de radicalidad en el que “amar” se le presenta a la persona no como una simple opción sino como un deber que le incumbe (cf. 1Co 9,16) que no puede retrasar y ante el cual se siente responsable.
Este tono de vitalidad lo descubrirán, las personas, primeramente en el apóstol cuando vean en él alguien que da la vida por ellos y que no juega cuando habla porque quiere que vivan; alguien que transparenta el "me amó y se entregó por mí" (Gal 2,20) y yo quiero hacer lo mismo. Entonces se entiende esto de que “Mi amor busca la plenitud del otro en su identidad como persona, en su amor (Pautas “para amar” temario Loeches 92).
Tengamos en cuenta que no apuntamos a un amor “humano”, sino al mismo Amor de Dios, que es el que nos realiza en nuestra identidad, por esto no nos detendremos tanto en las “obras de caridad” como en el dar vida por medio de la Palabra, es decir evangelizar devolviendole la identida a la persona, aunque no lo digamos explícitamente. Aquí son muy importantes los tipos de ejemplos que demos.
Que el ser concretos no nos haga caer en una casuística del amar, pues se trata más de ganar en profundidad. El evangelio es más que ética, es Buena Nueva. No es un “debes hacer” sino un “puedes”.
La gente ha escuchado muchas llamadas a amar, pero se ha encontrado tantos muros y dificultades que casi lo dan por imposible. Por esto el que da esta charla debe de tener muy claro el ideal para descubrirles a las personas el potencial de amor (Vida Eterna) que tienen.
Tu vida es para amar
OBJETIVO:
Convencer a la persona de que su identidad sólo se realiza amando. Hacer descubrir a la persona que su madurez en el amor, consiste en amar como Jesús ama.
FORMA:
Desde un contagio muy vivencial la persona debe ir descubriendo la urgencia y la necesidad, el gozo y la plenitud del cambio de amores, que hay en la realización del hombre en su vocación al Amor visibilizada en el que predica.
ESQUEMA
0. ENLACE
Hijos del Amor y hechos para el Amor, lo más propio de nuestra vida, desarrollo normal y grandeza, consiste en su crecimiento en la medida en que amamos.
(En el amar está la solución de nuestro mundo enfermo y de nuestra vida desconocida para mí).
1. NUESTRA VIDA ESTÁ HECHA PARA AMAR
- Amar es la única actividad que nos manda Dios y que nos lleva a la perfección (cf. Lc 10,27; Rm 13,8; Gal 5,14).
- Si no amo pierdo la vida, pues sólo soy persona cuando amo (1Jn 3,14; 1Cor 13,2).
- El amor es el único distintivo del discípulo (cf. Jn 13,34), y el único ejercicio eterno (cf. 1Cor 13,8).
2. ¿QUÉ ES AMAR?
Llamamos amor a muchas cosas: contentar, paternalismos, respetos humanos, poseer egoístamente, satisfacer mi necesidad en el otro, sentimentalismos (Estamos hablando del amor de “eros”, un amor bueno pero que no llega a ser de “caritas”).
- Amar es procurar el mayor bien para el hermano según Dios.
- Amar es ayudar al otro a que guarde la voluntad de Dios.
(cf. Jn 4,34; 6,38-40; Rm 12,1-2; 1Tes 4,3)
2.1. El amor nuevo consiste en amarnos como Jesús nos ha amado
(cf. Jn 15,12; 13,34; Lc 6,36).
- Características del Amor de Jesús (cf. 1Cor 13; Lc 10,29ss).
· Sin acepción de personas, gratuito, sacrificado, total, difusivo, universal, liberador, fiel, , que perdona, inteligente.
· Un amor que no sólo es dar cosas, sino darse a sí mismo hasta las mayores pruebas de amor, hasta dar la vida por la vida (cf. Jn 15,13; 10,10; 1Jn 3,16; 4,11).
2.2. Somos administradores del amor.
- Nuestro Padre nos ha hecho administradores de todos los dones que nos ha dado (1Cor 4,1ss; etc.).
- Amar a Dios es amar al hermano (cf. 1Jn 3,14-15; 4,20-21; Ef 5,2; 2Pe 4,8; Col 3,12ss). Dios mismo ha querido identificarse con el hermano (cf. Mt 25,40.45).
- Hemos de abrir nuestro pequeño círculo de amistades hacia la fraternidad universal.
- El sufrimiento está cerca de ti. En el mundo hay cantidad de situaciones que debrían sacarnos de nuestra comodidad y egoísmo.
(Este punto -2.2.- se puede desarrollar en el tema “amor fraterno - Padre nuestro).
2.3. En la vida de los santos todo se va simplificando, integrando en el amor:
“Sólo amar es mi ejercicio”; “A la hora de la muerte se nos examinará del amor” “Amar mucho, siempre, a todos”; “A fuerza de amor humano me abrazo en amor divino”.
3. JESÚS NOS LLAMA A SER MANANTIALES DE AMOR PARA EL MUNDO
- Solo amando con este amor, daré vida (cf. 1Jn 5,12) y crearé nuevos ambientes.
- Nuestro mundo tiene solución.
- El Amor fraterniza, crea ambientes nuevos, y para esto es vital dar la Palabra de Dios. Por él vamos creando fraternidades difusoras de la Vida y el Amor de Dios.
- El mundo necesita de tu amor.
DESARROLLO
0. ENLACE
Hasta ahora, en la convivencia se nos ha remarcado por activa y por pasiva, en una cosa y en otra lo vital e importante que es el amor para nuestras vidas (No se si lo habéis notado) y el potencial tan grande de amor que llevamos dentro. Y alucinamos con gente como Madre Teresa. Una vez un periodista le hizo una de esas preguntas que suelen hacerle a gente importante. “Madre Teresa, y ¿usted qué hace en sus tiempos personales” -lo que por supuesto era un insulto para ella -Pero cómo dice eso; “yo no tengo más tiempo que el de mis hermanos”.
¿Quién no alucina con gente así?, pero se dice: “Eso es para gente especial”, pero eso es una mentira, porque son gente normal como tú o como yo; la única diferencia es que han sabido desarrollar su identidad en el amor, pues aman. Sólo se necesita esto, no se necesita ser una persona especial con ciertos talentos o cierto tipo de carácter, lo único que se necesita es amar.
Como una abuela de un pueblo en el que estuvimos de misión en Colombia: ella en una situación en la que el que la mire superficialmente diría: "Pobre mujer, ¡Cuanto debe sufrir!" pues por una enfermedad le tuvieron que amputar los pies; pero que te acercas un poco y una mujer feliz, que a todo el que se le acerca le acoge como si fuera su hijo. Luego me decían de ella: "No hay persona que se vaya igual de su presencia, a todos llena de alegría". Y ¿quién es esa persona?: simplemente alguien que ama y que por eso vive así, alguien que ha sabido desarrollar todo el potencial de amar que Dios le ha dado y que por eso vive feliz. Y así como en ella y en cada hombre hay un potencial inmenso de amar que sólo es empezarlo a desarrollar para llegar a la talla de los que más aman.
1. NUESTRA VIDA ESTÁ HECHA PARA AMAR
Amar es lo único que nos manda Dios y que nos lleva a la perfección.
Por eso Dios, que nos quiere felices, cuando nos ve, así como estamos a cada uno, sólo nos pide una cosa, una sóla actividad: Ama... y vivirás. Uno a veces dice: "¡Cuánta ley, cuánta norma tiene la Iglesia!", y ya no te digo todas las que hay en la Biblia. Pero ¿que te va a mandar Dios que es el que más te quiere sino que lo que te va a dar la vida?.
Cuenta la Biblia que un día se acercó a Jesús un maestro de la ley que le pregunta a Jesús (imaginaos se la conocería ¡de pies a cabeza!): "¿Qué he de hacer para tener en herencia vida eterna?" -"Qué está escrito en la ley?", le contesta Jesús -"Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas, y a tu prójimo como a ti mismo". -A lo que Jesús le dice: "Bien has respondido. Haz eso y vivirás".
Es lo único que necesitas para vivir y para dar vida: "Ama". Ahí se centra el único deseo de Dios para los hombres; toda la Biblia, la Iglesia, el que nosotros estemos aquí, se centra en ese: "Ama y vivirás", porque es vital que amemos; no es algo que un grupo de idealistas se montan pensando que así las cosas irán mejor; sino lo que Dios, habiendo creado al hombre esencialmente de su Amor, le pide para que viva.
Conoceréis un poco la carrera de Induráin y como empezó su carrera ciclística. Dicen que se dedicaba al baloncesto por su estatura y tamaño. No parecía prometer mucho allí. Pero un día lo indecible: un hombre con buen ojo para ver descubre en este chico, con lo grandote que es, un superciclista y lo llama: "si quieres y nos ponemos, de ti sacaré un gran ciclista.
Y si ese entrenador tuvo ojos para ver... cuanto más Dios que nos ha creado... no tendrá buen ojo para ver en cada hombre el potencial tan inmenso que lleva dentro de sí para amar. Por eso Dios hoy nos llama a cada uno y nos dice personalmente: "Si quieres... si quieres vivir y nos ponemos, yo sacaré de ti un hijo desarrollado. ¡Ama!".
Si no amo pierdo la vida pues solo soy persona cuando amo.
Y es que es tan constitutivo nuestro el amor que si me olvido de amar pierdo la vida. Como Julio Iglesias que decía que de tanto cantar al amor y a la vida, pero no amar se olvidó de vivir. Por eso única asignatura para aprender en nuestra vida: la de aprender a amar.
No sea que nos pase como a aquel intelectual: Estaba cruzando un río con el canoero y como el viaje era más o menos largo empezaron a hablar. Le dice el intelectual: "Mire que estrellas más bonitas: la constelación de Casiopea..., mire esa otra es Orión; y usted ¿no sabe de astronomía? -no -pero hombre, ha perdido usted un cuarto de su vida. Y siguió hablándole: "Mire que pez tan bonito, es un pez barbudo de la familia de los barberinos y se reproduce en verano (...); y usted ¿sabe de biología? - hombre qué voy a saber yo - pues ha perdido usted un cuarto de su vida. En aquel momento pasaron por una hondonada que volcó la barca... entonces le dice el barquero: "Y usted ¿sabe nadar? -no -pues ha perdido toda su vida.
Y así nos puede pasar a nosotros... ¿De qué te sirve saber un montón de cosas, hasta ganarte el mundo entero, si te pierdes o arruinas a ti mismo. Ya puedo yo saber mucho, que si no conozco la verdadera asignatura de la vida, amar, la puedo perder. En esto la Palabra de Dios es bien clara: "el que no ama permanece en la muerte" 1Jn 3,14; por eso aunque conociera todo, hasta los más grandes misterios y toda la ciencia; aunque una vida muy "piadosa"; si no tengo amor, nada soy. Y ya puedo dar limosnas inmensas a los pobres y repartir mis bienes entre ellos, aun más, dar mi vida por una buena causa, que si no tengo amor de nada me aprovecha, de nada me sirve.
Y es que se nota la diferencia de cuando uno limpia la casa por obligación y de mala manera, a cuando te levantas por la mañana y le dices a tu madre. "¡mamá, hoy no te canses mucho que te voy a ayudar con la casa"; es que cambian un montón las cosas... disfrutas... te sientes más tú mismo... estas a gusto contigo... ¿Y por qué? simple y sencillamente porque amar es lo más propio tuyo.
El amor es el único distintivo del discípulo.
¿Qué es por eso el verdadero cristiano?. El cristiano es una persona que, porque se ha encontrado con un Dios Papá y ha descubierto su Amor en medio de todas sus cosas y deberes que por eso tiene como única tarea el amar. Es tanto así que a los primeros cristianos los distinguían no por su nueva doctrina, o porque fueran gente super capaciatada y con poder, sino, por el amor con que se amaban (cf. Jn 13,34, Carta a Diogneto 4, padres Apologetas). "Nadie llamaba suyos a sus bienes, sino que todo lo tenían en común entre ellos y por eso no había entre ellos ningún necesitado, porque todos los que poseían cosas como campos, ganado... lo vendían y llevaban el dinero de la venta para repartírselo a todos según su necesidad" (cf. Hc 4,32-34) porque se amaban unos a otros con un amor nuevo distinto de lo que la gente creía que era amar, un amor que por su talla sorprendía a todos, superior a lo que se tenía por amor.
2. ¿QUÉ ES AMAR?
Llamamos amor a muchas cosas.
Y es que no todo lo que entendemos por amor es realmente amar al otro; porque si por definición amar es desearle el mayor bien al otro, no cualquier cosa será su mayor bien. Todo depende de como y según quien se haga cada cosa. (Se puede contar el chiste de "Depende") Todo depende de como y según quien ames porque un drogadicto que invita a un amigo a fumarse un porro le está ofreciendo lo que entiende como el mayor bien, porque lo es para él, pero no le está amando.
Amar es procurar el mayor bien para el hermano según Dios.
Amar no es procurar al otro el mayor bien, simplemente, según entendemos, sino que amar es procurar el mayor bien al otro según Dios. ¡Claro! ¡Impepinable! porque ¿quién ama más al otro que Dios?: nadie; ni yo, ni su mejor amigo, ni su hermano, ni su madre; nadie le ama tanto como Dios: le ha creado y procede de él, aunque no se daba cuenta lo cuidaba, en cantidad de detalles le llamaba a una vida grande plena... por eso yo no dudo en preguntarle a Dios: "Bueno Papá, mira como está... ¡Ojalá fuera más feliz! ¿Tú qué harías para mostrarle que tiene una vida grande para gozar, vivir ancho, feliz, libre? y por supuesto la respuesta de Dios que en todas las situaciones es la misma: "Lo que quiero es que se realice en lo que es, que viva como hijo y como verdadero hermano de todos los hombres" (cf. Mt 5,48; Ef 1,4; etc.). Por eso mira a mi Hijo, mira a Jesús y descubre en su vida de una forma muy concreta como te he amado.
2.1. El amor nuevo consiste en amarnos como Jesús nos ha amado.
Antes en el Antiguo testamento se decía: "Amarás" pero eso le queda a uno tan abstracto... Y ¡¿qué es eso de amar?!. Pero ahora en el Nuevo Testamento nos dice: "Amaos los unos a los otros como yo os he amado" Jn 13,34; 15,12. Dios mismo que se hace hombre, y no desde fuera, sino ahí en medio de todo lo que vivimos nos dice: "Ama como yo he amado" y más concreto aun: "Ama como yo te he amado", eso mismo que yo he hecho por ti hazlo tú por los demás.
Características del amor de Jesús:
Sin acepción de personas, gratuito, sacrificado, total...
Me acuerdo de mis tiempos de pandillero una experiencia que me ha marcado mucho: Era una noche de fiesta como cualquiera otra, nos pusimos nuestras buenas pintas y nos fuimos a caminar por las calles centrales de la ciudad, al ambiente era muy bueno (se estaban celebrando las fiestas principales de la ciudad) gente por todo sitio, música, comida... de todo... pero en esas que íbamos caminando por aquellas calles nos cruzamos con otro grupo de chavales como nosotros uno de mis compañeros al verles se puso nervioso por la forma en que nos miraron y les dijo no se que cuatro casas, que nos íbamos a poner a pelear. Sinembargo esos chicos nos salieron como menos pensábamos: llevaban cuchillos. Imaginaos, no más verles salimos corriendo, y ellos tras nosotros (creo que nunca había corrido tanto en mi vida). Pero no todos tuvieron la misma suerte que yo, uno de mis colegas no pudo correr mucho y tuvo que enfrentar al que le perseguía; tenía todas las de perder, no tenía con qué defenderse; la mayoría de nosotros nos dimos cuenta, pero ¡quién se iba a parar!... ¿Quién se iba a parar?: Un jippy que había visto todo, un tío que no conocíamos de nada; le gritó al del cuchillo: "¡¿Qué pasa con el hombre...?!. Después de esto no sabemos que pasó. El compañero como pudo salió de allí, y el jippy se quedó delante de aquel tío con el cuchillo. Del jippy no volvimos a saber nada; lo que sí es que nosotros que nos llamábamos sus amigos (¿cuántas veces no le habíamos dicho: "Tío, tú conmigo cuenta para lo que quieras"?) pero pasamos de él pensando sólo en nuestro pellejo. Este jippy se la jugó por él. Yo por eso ahora que me hago conciente, no sería capaz de pasar tan olímpicamente, es que se trata de mi hermano, ¿Cómo puedo decir que Dios es mi Padre si me olvido que los demás son mis hermanos?
Y es que amar es algo muy concreto, no son cuatro frases bonitas que le dices al otro, ni es caernos bien y simplemente pasárnosla bien todos juntos. Amara es algo muy concreto, es mojarse por el otro, ser capaz de hacer lo que haga falta para que el otro viva. Es lo "del buen samaritano" ¿Quién fue para mí este jippy?: ¡Un buen samaritano!; quizá un tío del que nadie esperaría mucho, pero que fue capaz de amar.
¡Cuánto más buen samaritano es Dios contigo que no sólo es capaz de jugársela por ti,(cuando quizá cantidad de gente pasaba de largo por tu vida), por cuidar tu vida física, sino que se la juega todo, por ti, para que tengas la verdadera vida! Porque él no se lo juega todo en teoría; el se enfrenta de cara, sin importar lo que suponga, aun su propia vida, contra lo que te quita la vida ¿Por qué crees que está en la cruz?... el ha dado la vida hasta el final para que tú y yo vivamos
Por eso ¿qué es amar? Es sencillamente hacer eso mismo que Dios ha hecho contigo, es ser ese buen samaritano que se olvida de su rollo, sabe ver la necesidad del otro y es capaz de jugárselo todo por sacarle de ahí y mostrarle lo que es vivir como hijo y como hermano. Es lo que decía Luter Kin después de orar lo del buen samaritano: "Cuando se es buen samaritano la pregunta ya no es "¿Qué me pasaría si me detuviera?, sino ¿qué le pasaría si no me detuviera?".
"Es la pregunta que se hace Dios y por eso no se cuestiona si le va a incomodar o no... él nos ve a nosotros y se dice: "Aquí me la juego toda porque me importa su vida, quiero que sea feliz, y no le importa lo que le suponga.
Un amor que no sólo es dar cosas, sino darse a sí mismo hasta las mayores pruebas de amor, hasta dar la vida por la vida.
Me acuerdo de una noticia de un periódico heavy: "Los heavyes también aman". Empezaba así: Un viernes más Trom (así le llamaban sus amigos), a eso de las seis de la tarde se empezó a arreglar par ir con su novia y sus amigos de fiesta a tomar unas cervezas. Se lavó el pelo, se peinó sus melenas heavys, se puso sus pantalones ajustados, sus botas heavys, su chupa de cuero y tomó su brillante moto negra. Pero en el camino antes de llegar al bar, donde había quedado con su gente, se paró en un semáforo y desde allí vio un incendio en el cuarto piso de un edificio. se bajó de la moto, dejó su cazadora de cuero y sacó de aquel piso en llamas a una niña y a una mujer; la casa siguió ardiendo... Llegaron los bomberos, ambulancias... los amigos de Trom, que estaban esperándole en el bar, salieron a ver que pasaba, y en medio de todo el follón vieron la moto y la cazadora de Trom; empezaron a buscarle y a preguntar por él, hasta que encontraron a la niña y a la madre salvadas por él. La madre dijo: "El nos pudo sacar, pero quedó dentro.
Trom había dado su vida por ellas; nadie le pidió hacerlo, pero amó... Así al Padre nadie le obligaba a dar la vida por ti y por mí, pero la da. Y así a nosotros nadie nos va a obligar a amar a nuestros hermanos, quizá no lleguemos a dar la vida física (o quizá sí), pero cuantas situaciones de nuestros hermanos no debieran comprometer toda nuestra vida; el Padre se comprometió con nosotros y por eso nos ha buscado de un lado a otro y aunque le rechacemos no le es un motivo para dejar de comprometerse con nosotros, y es que el Amor de nuestro Padre es tan grande que es capaz de superar nuestro rechazo (cf. Os 11,3). Entonces es que uno descubre en sí mismo lo que es el Amor al enemigo, amor al que te rechaza, al que te hace daño.
Un amor que perdona
No se si conocéis a María Goretti. Es una santa italiana que dio la vida por defender a Jesús en su cuerpo. Y es que ella y su madre en su casa tenían un chico como inquilino, el muchacho de ver pornografía y un montón de cosas llegó un momento en que desenfrenado intento violarla, la chica se resistió y el viendo que no podía nada la mató... luego le juzgaron su cargo de conciencia era tremendo; "¡Cómo es posible que haya hecho esto!". Después por buena conducta logró salir al poco tiempo (Unos años). El hombre estaba muy arrepentido y volvió a casa de María Goretti a pedirle perdón a su madre, no sabía con que se iba a encontrar se esperaba cualquier cosa después de lo que había hecho fue allí y le sorprendió la respuesta de la madre: "Desde ahora tú ocuparás el lugar de mi hija". ¿Qué amor tan grande debió haber en aquella mujer para llegar a decir esto? Uno se dice ¡Uauu! ¡que mujer!, y no es que fuera alguien especial, sencillamente era una persona que había experimentado el Amor del Padre que la amaba tal y como era y que por tanto no podía ni quería menos que amar así a sus hermanos.
2.2. Somos administradores del amor.
Nuestro Padre nos ha hecho administradores de todos los bienes que nos ha dado.
Y es que cuando uno se da cuenta que Dios es su Padre y todos los hombres sus hermanos también se da cuenta que Dios no recrimina a nadie; que así como hace salir el sol sobre buenos lo hace salir sobre malos; que así como manda la lluvia sobre la gente justa, la manda sobre la gente injusta (cf. Mt 5,45). Es entonces que me doy cuenta: ¡cómo un Papá tan bueno va a querer a unos más que a otros! y que si me ha dado unos talentos: mi fe, mi inteligencia, mi capacidad física; no es porque tenga preferencia sobre mí por encima de otros que no los tienen, sino que es por que quiere que los administre entre sus hijos con todas las consecuencias.
Como una chica de Madrid, ella muy inteligente, cristiana, tenía un cargo muy importante en una empresa. Estaba en el departamento de diseño y ahí continuamente estaba investigando sobre cómo mejorar el producto, obtener mayor ganancia y rendimiento. Entonces descubrió que para el mecanismo de tal aparato que producían se podían ahorrar dos piezas con una sóla, algo que si se realizaba, en una producción de millones de piezas se traducía en millones de pesetas ahorradas. Sinembargo ella investigando se dio cuenta que suprimir esta pieza suponía toda una fábrica en Corea sin trabajo; entonces antes de que se tomara cualquier decisión lo comentó a los dirigentes de la empresa, pero como lo que les importaba eran las ganancias que se podían obtener le obligaron a firmar el proyecto y ella viendo todo el daño que se podía hacer: cantidad de personas sin trabajo, familias que seguramente ya no tendrían con qué comer, prefirió renunciar.
Y es que nuestra sociedad capitalista no conoce lo que es vivir como hermanos, estamos en una sociedad en la que lo más normal es pisotear al otro con tal de yo estar bien, es lo que llaman “la ley del más fuerte”. Por eso que grande encontrarse con personas que viven que Dios es su Padre y los demás sus hermanos: conocido o desconocido, de una nación o de otra, piense como yo o no. Que grande encontrarse con personas como esta chica que porque se sabía que su trabajo no era sólo para ella sino para todos sus hermanos.
Y es que cómo no voy a preocuparme de mis hermanos si veo que están pasándosela mal. Mi madre no es que fuera muy rica pero eso era lo que me decía. Una de mis tías, ella con dos hijas, se la estaba pasando muy mal: el esposo un borrachín que a penas ayudaba en su casa y mi tía ganando nada... ¡apenas para comer!. Mi madre viéndola así se volcó a ayudarla en lo que más podía : le ayudó a construirse una casa, le pasaba dinero mensual... Un día yo le dije a mi madre: “Bueno mamá, pero tampoco vamos a sostenerla...”, y ella que me dice: “¿Y cómo no voy a ayudarla si es mi hermana?”.
Y es que cuando te das cuenta que es mi hermano ya no da lo mismo que esté bien o esté mal. Me acuerdo de un amigo, en Madrid: él de otra cultura, le costaba entender cantidad de cosas de los españoles, además de que era un poco lento para expresarse; al principio no le hice mucho caso a eso pero después me puse delante de Dios: “¿Como es posible que siga tan tranquilo, si es mi hermano, Señor?”. Me acuerdo que entonces cambió un montón mi actitud con él, trataba de acercármele más, y mantenía super ocupado, pero para mí no era perder tiempo quedarme lo que hiciera falta hablando con él, trataba de escucharle más, de dejarle expresarse como es (¡una persona genial!); hasta no se quien terminó por enriquecerse más, si él o yo porque aprendí un montón de él.
Amar a Dios es amar al hermano.
¡Qué diferente sería el mundo si nos diéramos cuenta que los demás son mis hermanos!. Por eso es que yo todavía no entiendo que habiendo tantos cristianos siga habiendo tanta gente pobre o que muere de hambre o tanta gente que muere por falta de una aspirina, cuando hay tantos lugares ricos donde se abunda en alimentos (hasta se tiran), en medicinas, ¿A caso no creemos que Dios es nuestro Padre?... ¿Cómo puedo decir que amo a Dios...? ¿Cómo puedo decir que soy un buen cristiano si no amo al hermano?. La misma Palabra de Dios nos o dice claramente: “Si alguno dice: ‘yo amo a Dios’ y no ama a su hermano, es un mentiroso; pues quien no ama a su hermano a quien ve, no puede amar a Dios a quien no ve” 1Jn 4,20.
Por esto se entiende que los ateos nos critiquen tan fuerte. Por ejemplo, Niezsche que decía: “La religión el opio del pueblo”, si lo decía era justamente porque el cristianismo con que se encontró era de personas manicruzadas que no se preocupaban por cambiar el mundo, ayudar al hermano... cristianos que aunque veían la situación de sus hermanos se decían: “total... en el cielo se estará mejor”.
El sufrimiento está cerca de ti.
Quizá es que no nos damos cuenta de que esa situación de los hermanos en el mundo el en concreto la situación del hermano que tengo cerca de mí en mi casa, en mi trabajo, entre mis amigos.
Mafalda un día escuchaba el telediario que decía: “Explotó un volcán en Colombia matando veinte mil personas. Este fin de semana murieron ochenta en las carreteras. Fueron asesinados doscientos niños en Río de Janeiro...”. Terminado el telediario Mafalda se sienta tranquila y exclama: “¡Qué lejos está el mundo!”.
Pero el sufrimiento no está sólo allí en lugares en los que vete a saber si llegarás. El sufrimiento está bien cerca de ti, en tu casa en la universidad, en el trabajo, ahí en aquel compañero que no levanta cabeza por un fracaso o un problema, en ese que conoces y que todos marginan por sus defectos. Cuantas veces uno no se encuentra con personas que le impactan por su rostro demacrado, quizá por la droga, quizá de tanto sufrir, quizá por falta de amor...
En el mundo hay cantidad de situaciones que debían sacarnos de nuestro egoísmo.
Me contaron de una chica que con remordimiento se decía: “¡¿Por qué aquel día dije: ‘no importa’?!”. Y es que una amiga suya la estaba pasando muy mal, iba por ahí diciendo que no tenía sentido para vivir, la oía tanto que no le dio importancia; pero esa chica convenció a un amigo, fueron a un hotel, se tomaron unas pastillas y los encontraron muertos, y de ahí el dolor de su amiga: “¡¿Cómo no me di cuenta de lo que estaba sufriendo?!”.
El sufrimiento está bien cerca de nosotros, cuantas situaciones no debieran sacarnos de nuestra comodidad y egoísmo... Pero sólo la persona que ama es capaz de reconocer el sufrimiento del otro, porque es sensible al otro, ama, vive descentrada de sí misma y por eso, aun más, mucho más allá de las palabras, de lo que pueda aparentar el otro, ve lo que realmente vive y se compromete.
2.3. En la vida de los santos todo se va simplificando, integrando en el amor.
(Lo hablaba con un compañero hace unos días) y es que es tan así que el que ama ya no tiene horarios, su tiempo no es suyo, es del que lo necesite, y por eso vive feliz y libre, porque su único ejercicio, su única actividad es amar, que es lo que hacen los santos. “Sólo amar es mi ejercicio”, porque ¿qué es un santo sino eso?. Uno se imagina al santo como alguien especial, con ciertos dotes y capacidades... pero ¡que va!: el santo es simplemente la persona que ama, ya sea papa, como Juan XXIII que decía: “Amar mucho, amar siempre, amar a todos”; ya sea la última monjita del convento, como Teresita del niño Jesús que decía: “Mi vocación es el Amor”. A esto es a lo que estamos llamados todos: a ser santos, a amar, a desde esta experiencia del Amor del Padre que todo, desde el barrer hasta los mayores sacrificios por el hermano se vayan simplificando e integrando en el amar como hemos sido amados por Dios.
3. JESÚS NOS LLAMA A SER MANANTIALES DE AMOR PARA EL MUNDO
Sólo amando con este amor daré vida y crearé nuevos ambientes.
Por eso la persona que ama por donde va creando nuevos ambientes y ya puede encontrarse con muchas dificultades que al contrario de serle un impedimento para amar, le son un motivo para entregarse más, por eso luego las personas que tiene a su alrededor se transforman, ¡hasta el enemigo termina convirtiéndose en su mejor amigo. y vive feliz.
Me acuerdo antes de conocer a Jesús tenía por ahí dos o tres personas con las que no me hablaba, pero después de haberle conocido, de haberle experimentado ¡impepinable!, ¿cómo no amarles?. Me acuerdo de decirle a Jesús: “Jesús mira cuanto has hecho por mí que has movido cielo y tierra para hacerme conciente de tu Amor, ¿ahora no seré capaz de mover un poquito este orgullo que tengo para acercarme a aquella persona?. Empecé con una amiga, pero luego era con un compañero, luego con mi padre...
Me acuerdo también, este año estudiando teología en Valencia, de un compañero que no había quién se lo tragara: antipático, sin amigos... yo viéndole le dije al Señor: “¿Qué? ¿Nos hacemos amigos de esta persona?”. Imaginaos eso que te acercas y te pega un corte... o esas respuestas secas que a veces tenía: “¡sí!”, “¡no!”, pero entonces insistía. Que sorpresa la mía un día que me le acerqué; (yo no había asistido a clases) podía pedirle los apuntes a cualquiera, pero aunque el tiene mala letra, le dije: “Préstame tus apuntes, les saco fotocopia”; con la mala suerte de que llevándoles a la fotocopiadora les calló agua y se corrió la tinta; me esperaba de todo: “Ahora ¿cómo se lo explico...”, pero ¡qué va!, al contrario me dijo: “no pasa nada y cuando quieras ya sabes: aquí tienes mis apuntes”.
Nuestro mundo tiene solución.
Esto es un detalle pequeño pero yo me pongo a ver nuestro mundo y me digo: “que diferente sería nuestro mundo si fuéramos capaces de amarnos por encima de las diferencias, que si de cultura, que si de lengua, que si de raza, que si de forma de ser, que de tal o de cual. Y es que nuestro mundo tiene solución, sólo hacen falta personas que se pongan a amar, por encima de toda diferencia; simplemente a amar.
El amor fraterniza, crea ambientes nuevos
Yo no sé a qué os suena eso de amar a los enemigos, pero es que entendido desde ahí es lo más humanizador que puede haber; os imagináis que diferente sería todo... Es hasta gracioso como todos los ambientes se transforman: Uno se deja de hablar con la hermana y al cabo de un tiempo: “¡Olle!, perdóname, no lo quería hacer”, y ella que contesta: “¡No, perdóname tú, creo que fui yo la que metí la pata!. Pero imaginaos: si esto lo trasladáramos a nivel de países; dos países están el guerra, y al cabo de un tiempo un manifiesto de uno de los países: “Reconocemos que nos hemos equivocado en nuestro reclamo, pero además de eso queremos reparar los daños hechos contra vuestra nación”, pero el otro país que responde: “Hemos considerado todo el conflicto y nos hemos dado cuenta que en realidad la equivocación fue nuestra; hagamos de nuestras naciones dos naciones hermanas y permitidnos componer el daño hecho...” ¡Qué grande sería!. Y quizá os suene un poco raro pero es lo propio del que ama y lo único que transformará nuestro mundo. Por eso lo único que se necesita para que nuestro mundo vaya cambiando son personas que amen, que estén dispuestas a desde lo pequeño a empezar a crear ambientes nuevos, ambientes de hermanos.
Y para esto es vital dar la Palabra de Dios.
En esto me es un testimoniazo una chica de México llamada Inés. Ella sufre una enfermedad terrible en los huesos que le ha dejado en silla de ruedas y le provoca fuertes dolores. Y sinembargo, porque ha conocido a Jesús, se olvida de su situación y decide dedicarse sólo a amar, a dar esperanza a los que no la tienen, a levantar a tanta gente de la pobreza, no sólo material, sino también de la pobreza que es la falta de sentido, el no conocer el Amor. Y ahí va, cuando su enfermedad se lo permite (pues tiene que pasarse mucho tiempo en los hospitales en recuperación), de un lugar a otro anunciando a la gente que hay un Dios que les ama, que tienen un Papá que quiere que vivan realmente como hijos y hermanos. No hay persona que hable con ella y no salga animado, muchos van a consolarla y alegrarla, pero al contrario salen animados por ella. Y así cuantas y cuantas personas no nos vamos enriqueciendo con su vida Feliz, con su testimonio de amor de entrega por los demás.
El mundo necesita de tu amor.
¡Cuántas y cuantas personas hoy pueden recibir un aliento de vida a través de tu amor, de tus palabras y de tus gestos de amor!. ¡cuántos ambientes que puedes transformar!, ¡cuántas personas que pueden descubrir la alegría a través de ti, con tu felicidad!. El mundo necesita de tu amor.
VIVENCIA DE LA VERDAD
Como sabemos, el deseo de amar es una realidad común a todos los hombres, y sin embargo entendida de formas muy distintas, unas veces como la relación sexual, otras como el darse al que se ama, otras como el compromiso con los que tienen puntos comunes a él: familia, nación, etnia...; otras se entiende como el ayudar a los más pobres y necesitados, es lo que llamamos altruismo: estar en el voluntariado, ir a países del tercer mundo, dar mis bienes a los más pobres y necesitados, los que más; otros dar limosnas, un donativo mensual... Todas
formas de entender el amor muy buenas, pues todas vienen de Dios; muchos son hasta capaces de dar su vida en aquel amor que entiende. Ahora, cuando nosotros hablamos de amar remarcamos su vitalidad (eterna): “Nosotros sabemos que hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a los hermanos. Quien no ama permanece en la muerte. Todo el que aborrece (que para nosotros que entendemos la misión significa: “es indiferente”) a su hermano, el un asesino” 1Jn 3,14-15; de ahí que entendamos amar como vivir y dar vida; vivir gracias al encuentro con la Palabra (cf. Is 55,3; Ap 3,1-3), y dar vida a través de la Palabra, pues en la Palabra está la vida (cf. Jn 1,4).
Pero amar no sólo es vital para nosotros sino para la gran descendencia que Dios nos ha confiado pero que sólo recibirán la vida si les amamos, si tenemos el gesto y la palabra oportuna que les engendré a la vida. De ahí que para nosotros amar sea mucho más que un deseo, y aun más, el fruto espontaneo y natural del encuentro diario con Dios (cf. 1Jn 4,7-10), pues jugamos con el destino eterno de cantidad de personas que si creen en Cristo se salvarán (cf. Jn 3,16); pero ¿como creerán en aquel a quien no han oído? Y ¿cómo oirán sin que se les predique? (Rm 10, 14). De ahí que para nosotros sea una urgencia inaplazable (Nos jugamos demasiado), y con el apóstol decimos “Predicar el Evangelio no es para mí motivo de gloria; es más bien un DEBER que me incumbe. Y ¡Ay de mí si no predicara el Evangelio!” 1Co 9,16.
En las escuelas de apóstoles esto se traduce en medios muy concretos, como las escuelas de charlas, la revisión de vida, la dirección espiritual, la confesión... en los que velaremos mutuamente porque nuestra vida y nuestra palabra estén llenas de contenido, y a la altura de las necesidades de nuestro mundo, para ser así profecía que devuelva la vida a las vegas de huesos secos que día a día nos encontramos (cf. Ez 37,1,10).
Con toda humildad y eliminando nuestra auto suficiencia, nos pondremos en manos de la fraternidad y pediremos a nuestros hermanos que nos ayuden como nosotros nos comprometemos a ayudarlos, “a formarnos y capacitarnos, más y más, para desempeñar fielmente la misión de predicar el Evangelio de Jesús por todo el mundo.” (cf. Fórmula de consagración: Cons. 118).
Así como el desarrollo físico, psíquico y afectivo del niño depende enormemente del amor que se le de en su familia, así el desarrollo espiritual del compañero de formación y el discípulo, dependerán en gran medida del amor que le ofrezcamos; no cualquier amor entre nosotros y para nuestros discípulos, sino un tipo específico de amor en el que la promoción apunta a que el otro sea Cristo y Cristo evangelizador, en el que la ayuda está en cómo hacer que el otro responda viva y eficazmente al mandato de Jesús de hacer discípulos a todas las gentes (cf. Mt 28,19-20).
Nosotros queremos concretar nuestro amor creando fraternidades de vida evangélica que evangelicen (cf. Documento de aprovación de nuestra fraternidad por el cardenal D. A. Suquía) en el deseo de curar de raíz al hombre, eliminando desde dentro la falta de amor que le destruye.
Nuestro amor al hombre de hoy nos llevará a un amor especial por aquellos que han optado por curarlo. ¿Qué respuesta le daremos a Dios cuando nos diga: “dónde está tu hermano” Gn 4,9?. Ojalá nuestra respuesta no sea de ignorancia del otro, quizá en una situación de pérdida del amor a Cristo y a los hermanos, quizá en una situación de desconocimiento teórico y/o vivencial de su vocación y misión por nuestra ceguera (cf. Mc 8,22-26) y omisión (cf. Lc 10, 29-32); sino al contrario podamos decirle a Dios, como Jesús: “Cuando estaba yo con ellos cuidaba en tu nombre a los que me habías dado. He velado por ellos y ninguno se ha perdido. Santifícalos en la verdad, tu Palabra es verdad. Como tú me has enviado al mundo, yo también los he enviado al mundo. Y por ellos me santifico a mí mismo para que ellos también sean santificados en la verdad” Jn 17,12.17-19.