VIDA ETERNA
OBJETIVO: Que la persona descubra su genuina identidad. Dios ha inyectado en él su esencia, su ser, su misma Naturaleza. El ser del hombre es el mismo ser de Dios: Amor, amor de la misma calidad de Dios. No se trata de un amor, una vida, sino que es el Amor y la única Vida. Sin ella nada soy. Que sepa que la vida en este mundo es para desarrollar la Vida divina que está en él y es su identidad. La persona ha de decidirse a ordenar toda su vida temporal en función de esta vida nueva.
ESQUEMA
0.- ENLACE
I.- EN TODO CORAZON LATE EL DESEO POR UNA VIDA, AMOR Y FELICIDAD PARA SIEMPRE.
II.- EL DON DE DIOS A SUS HIJOS ES SU MISMA VIDA Y AMOR ETERNOS.
- Que la persona descubra su genuina identidad.
- Dios ha inyectado en él su esencia, su ser, su misma naturaleza.
III.-LA ESENCIA DEL CRISTIANISMO ES LA VIDA ETERNA.
IV.- LA ESENCIA DE ESTA VIDA ES EL AMOR
- El ser del hombre es el mismo ser de Dios: Amor, amor de la misma calidad de Dios.
- No se trata de un amor, una vida, sino que es el Amor y la única Vida. Sin ella nada soy.
V.- ¿COMO SE ALIMENTA Y SE DESARROLLA ESTA VIDA?
Que sepa que la vida en este mundo es para desarrollar la Vida divina que está en él y es su identidad.
VI.- HOY PUEDES CELEBRAR TU NACIMIENTO
La persona ha de decidirse a ordenar toda su vida temporal en función de esta vida nueva.
DESARROLLO
0.- ENLACE
Hoy en esta mañana cuando volvíamos al Padre, cuando recibimos esta carta tan preciosa de nuestro Papá Dios, creo que para todas fue de gran alegría descubrir a mi Papá Dios que nos ama, que siempre ha estado a nuestro lado, y que lo único que quiere de nuestra vida es que sea una vida grande, tan grande como la de Jesús, no quiere una vida pequeña, a medias, por eso una y otra vez nos dice: Vive hija. Yo te he dado la capacidad de vivir una vida tan grande como la mía. Tanto ha amado Dios al mundo que ha enviado a su Hijo para que tengan vida y vida en abundancia. Tanto nos ha amado nuestro Padre que ha enviado a Jesús para darnos su propia vida, la vida abundante, que no termina ni con la muerte. Viene ha hacernos el mayor regalo, la vida eterna.
Nuestro Padre Dios nos ama tanto que dice: porque te amo te voy a dar mi misma vida, mi vida eterna, para que vivas para siempre.
I.- EN TODO CORAZON LATE EL DESEO POR UNA VIDA, AMOR Y FELICIDAD PARA SIEMPRE.
Es por eso que nosotros llevamos este deseo de vivir, de no conformarnos con cualquier vida. Nos resistimos a la muerte, lo peor que nos puede pasar es la muerte. Ante ella nos resistimos, nos rebelamos.
Ejem. una vez fui con una señora que estaba en la cama, no quería comer, ni levantarse, porque su mamá se había muerto en la noche mientras todos dormían. Ella gritaba y lloraba, ¡por qué te fuiste mamá! ¿Por qué no me hablaste? ¡hubiera podido hacer algo por ti! Me duele el corazón, mamá, te daría mi vida para que vivas.
Nadie ante una persona que ama se resiste a perderla, no quiere la muerte para ella, le daría su vida con tal de que la otra persona viviera.
Nuestro Padre ama nuestra vida, no resiste perderla, no quiere la muerte para ella. Una madre de la tierra no puede dar la vida para que su hija viva, para que su madre viva, pero nuestro Padre Dios, que es el Dios de la vida, que tiene la vida en sus manos, Él si puede darnos la vida.
Ante este deseo de supervivencia que lo llevamos dentro, de no morir, ni dejarnos morir así nada más, Él nos da una respuesta.
Recuerdo una película que vi que se llama Vive, fue un hecho real, se trata sobre los sobrevivientes de los andes. Es una película, donde se ve que el deseo de vivir es más fuerte que la muerte, meten su mente, su creatividad, su fuerza, todo con tal de salir vivos de ese lugar, fueron dos que se lanzaron a caminar entre las montañas de nieve, solo con ración de carne, hasta encontrar que alguien los auxiliara, porque sabían que de ellos dependían los otros.
Ahí vemos como el instinto de supervivencia es más fuerte que la muerte, nos resistimos a morir. Dice Unamuno, un filósofo: con razón, sin razón o contra ella, no me da la gana morirme. No nos da la gana morirnos, no queremos morirnos, por más dura que fuera la vida no queremos morir, hasta en las cosas pequeñas lo vemos, al cruzar la calle, con cuanto cuidado la cruzo.
Una vez íbamos rezando el rosario y me salió un perro, puse a mi compañera por delante, yo decía: si quiero dar la vida, pero a la hora de la hora, defiendo mi vida.
Defendemos la vida por encima de todo. Nos contaba una chica que ella estaba harta de la vida, que ya no tenía sentido para vivir y que le pedía a Dios que le quitara la vida, pero que ahora que encontró de verdad lo que es vivir, no cambia la vida por nada.
Muchos jóvenes se suicidan porque no encuentran respuesta a este deseo de Vivir, pero de vivir a lo grande, no se conforman con esta vida mediocre y esperan encontrar algo mejor. En el fondo cada suicido es un grito de quiero Vivir y esto que vivo no me convence.
Llevamos en nosotros esta potencia de vivir, de ser un árbol grande, de no quedarme como un bonsai, que tienen la capacidad de ser árboles grandes, los encierran y no los dejan crecer. En nosotros está esa semilla, pequeña, pero que dentro lleva la potencia de un árbol. Nosotros llevamos la potencia de la vida dentro. De esta vida eterna, de este amor eterno.
Cuando uno ve una semilla de naranja, ve en ella un árbol de naranjas, y sabes que esa semilla viene de un árbol de naranja y que ella va a dar semillas de naranjas.
Esto mismo sucede con nuestra vida, yo tengo la vida y la potencia del amor del que procedo. Yo vengo de Dios que es amor, así como la semilla de naranja viene del naranjo y tiene la potencia de un naranjo dentro, así nosotros somos imagen y semejanza del que procedemos, yo me parezco a mi papá. Dios nos hizo a su imagen y semejanza. No nos creo sencillamente para que pasáramos por la vida, como en una tumba que decía: por aquí paso un hombre, nosotros no estamos hechos para pasar por la vida, sino para Vivir de verdad.
Cuentan que en una de las tumbas de los faraones se encontraron una espiga de trigo, porque ellos pensaban que se iban a la otra vida, y les ponía semillas para que cosecharan allá. Este grano de trigo tenía la potencia de dar mucho fruto, y se quedó seco, guardado. Nuestro Padre nos creo a su imagen y semejanza, para que diéramos fruto, vida abundante. Decía San Francisco Javier, mi vida es este puñado de polvo con deseos de eternidad. Cuantas veces muchachas nos sentimos polvo, nada, como este granito seco, pero con deseos de eternidad, de grandeza, de más, el mundo nos queda chico.
Una vez me subí a la montaña y veía todo, el pueblo, la naturaleza, los pájaros, las nubes, y me experimentaba más grande que todo eso junto, y por dentro ese grito de quiero vivir, ¡Vive!
Este grito no sólo lo llevo yo, sino que desde antiguo ya deseaban esto, las culturas antiguas siempre hacían los cultos a la muerte, porque creían que no morían sino que seguían viviendo, por eso les echaban comida y herramientas para que siguieran trabajando, sus ganas de vivir eran mucho más grande que todo. Y aunque todos tenemos ganas de vivir, no depende de nosotros el nacer o vivir ¡quién de ustedes dijo quiero vivir!
Ejem. Wal Disney, mandó que lo congelaran hasta que encontraran algo que le curara de su enfermedad, porque no se quería morir.
Era tanto su deseo de vivir, que se quedó en una invernación, ¿y si hoy a nosotros nos sacáramos de nuestra invernación? si hoy tu empezaras a vivir una vida que no acabe.
La vida es un regalo, ¿qué hacemos para estar vivos? la vida se nos regala gratuitamente. Por eso es muy importante dar con este regalo, descubrir esta vida y este amor que no se nos acaba.
Fuera un ridículo todas estas ansias de vivir y que no fuera posible, ¿será que Dios nos creo mal y que no es posible vivir?
Nosotros podemos Vivir, no porque dependa de nosotros, no porque nosotros nos demos la vida, sino porque alguien nos da la vida, alguien que nos ama, dice: con amor eterno te he amado. Desde una eternidad te he amado y hasta la eternidad te seguiré amando. Dice Gabriel Marcel un filósofo, amar es poder decirle a alguien tu nunca morirás. Nuestro Padre porque nos ama, nos dice: Tú no morirás, porque mi amor por ti es eterno, yo te cree no para la mortalidad, sino para la inmortalidad. Dice Jesús el que cree en mi, tendrá vida eterna, no morirá, y aunque muera seguirá viviendo. En la casa de mi Padre hay muchas moradas, yo les prepararé una, para que donde yo esté estén ustedes.
II.- EL DON DE DIOS A SUS HIJOS ES SU MISMA VIDA Y AMOR ETERNOS.
- Que la persona descubra su genuina identidad.
- Dios ha inyectado en él su esencia, su ser, su misma naturaleza.
Sabemos muy poquito sobre la vida auténtica, vivir vivimos, pero vivimos realmente esta vida para la que fuimos creados?. Nuestro Padre Dios quiere lo mejor para nosotros, no nos quiere con una vida mediocre, una vida pequeña. Te quiere que te vivas como lo que eres, su hijo, porque tu eres su hijo para siempre. Tu vida vale tanto para él, más que las flores de todo el mundo, una vez estaba arriba de la montaña y le decía a mi papá Dios, que maravilla, que precioso es todo esto, y entendí de parte de mi padre que me decía: son para ti, todo es para ti, porque eres precioso a mis ojos, vales mucho para mi.
Por ejemplo la gente rica, y la pobre también cuanto no pagan por un secuestro, vale tanto tu vida que soy capaz de pagar lo que sea por rescatarte, para que tu vivas.
Tanto vales para mi, que te rescato, que tienes el precio de mi hijo, Dios paga con su propio hijo para que tu vivas. Te doy mi propia vida, mi propio amor. Te regalo mi vida. Te doy mi esencia, fuimos creados a imagen y semejanza de Dios. Somos de la raza de Dios. No dice: Te doy lo que yo soy. Te doy a mi hijo. Dice Jesús: Yo soy la Vida. Es muy grande el regalo: la misma vida de Dios en mi. De tal palo tal astilla.
III.-LA ESENCIA DEL CRISTINANISMO ES LA VIDA ETERNA.
Desde el Bautismo nuestro Padre Dios nos ha regalado su vida eterna, su vida que no acaba, su amor hasta la eternidad, que nada ni nadie me lo puede arrebatar.
Cuantas veces por no conocer lo que es realmente el bautismo no disfrutamos todo lo que nos da. Nos bautizan porque es una tradición, por miedo a que nos pase algo, pero no nos damos cuenta el gran regalo que nos hace nuestro Padre Dios cuando nos bautizan.
Cuando están bautizando les preguntan: qué es lo que pides: la vida eterna. Con el bautismo nuestro Padre nos da la vida eterna. La vida que nada ni nadie te puede dar solo nuestro Padre Dios. Te da la vida y el amor eterno, yo no necesito andar como un mendigo, pidiendo amor, vida a muchos, cuando yo ya tengo la herencia en mis manos, la misma vida de Dios, si tengo su vida, su amor nada me falta. Decía una chica: mi hermana me preguntaba, voy al centro, ¿no te falta algo? y ella contestó, no me falta nada, ya tengo a Dios, lo tengo todo.
Recuerdo cuando yo fui al copo cuando me subía, yo temblaba de miedo porque el camión pasaba por la orilla de un barranco, yo decía aquí me voy a morir. Pero después cuando tuve esa experiencia de Dios tan bonita, de que él me daba esta vida eterna, que se amor era para siempre, y que mi destino, mi fin era estar siempre en su amor, cuando veníamos bajando de regreso, para mi fue muy diferente, Señor no me importa que me pase algo, estoy contigo.
Lo único que verdaderamente dio sentido a mi vida es su propia vida, es su amor eterno. Yo siempre decía: Yo quiero un amor que no se me acabe, que me dure para siempre. Esto lo empecé a pensar una vez que el que era mi novio se fue a su casa, era de noche, iba en el carro. Y yo me pregunté ¿y si le pasa algo? Yo quiero un amor eterno, que no se me acabe nunca, una persona que viva para siempre.
Sólo tenemos una vida y estoy segura que todas las que estamos aquí la queremos vivir de verdad. Que triste que al final de nuestros días digamos, me olvidé de vivir, no viví de verdad.
La vida eterna ya la puedes empezar a vivir aquí y ahora, no hasta que te mueras, sino que esta vida que nuestro Padre nos da es para disfrutarla aquí, para gozar de vivir la vida que nos regala, y seguirla gozando hasta la eternidad. El gozo que podemos vivir aquí es una prueba de lo mucho que viviremos en el cielo.
Cuando conectas con el amor de Dios, y que experimentas su cercanía, su abrazo, experimentas mucho gozo, que ni siquiera te quieres mover, me quedaría así toda la vida.
Señor si eres tan bueno estando aquí, cuanto más gozaré contigo hasta la eternidad. Dicen que nuestro Padre nos dio una vida eterna porque ni con la vida más larga logramos disfrutar y saborear todo su amor y llegar a conocerle tal como es.
Solo que a veces tenemos falsos imágenes de lo que es la vida eterna, y nos imaginamos un aburrimiento que muchos dicen prefiero irme al infierno ahí hay música, pachanga, y en el cielo los angelitos, las nubecitas, ni hablan, ¡qué aburrido!
Cuentan una vez un señor que se murió y fue al cielo y al infierno para ver donde quería estar. Primero llegó al infierno y vio una gran meza, con manteles blancos y unas ollas de chocolate, había unas cucharotas con el mango largo, empezaron a entrar los comensales, y como cada uno quería tomar su propio chocolate, unos a otros se empezaron a estorbar, a pegar, y a mancharse de chocolate, al último todo terminó en un pleito. Después se fue al cielo y cual fue su sorpresa que llega y ve la misma meza, con su mantel blanco, las cucharotas y las ollas de chocolate, y dice: ¿entonces donde está la diferencia? empezaron a llegar los comensales y tomaban su cuchara pero en lugar de querer comer cada uno con su cuchara, uno a otro le iba dando el chocolate y así todos en paz y en amor pudieron comer y compartir.
Así pasa con nuestra vida, si cada uno está pensando en si mismo se vive en un infierno y no necesita que te mueras para vivirlo, ya lo puedes estar viviendo en tu casa, en tu trabajo. En cambio el cielo también lo puedes vivir aquí si tienes el amor de Dios, esto es la vida eterna Señor, que te conozcan a ti y a tu enviado Jesucristo.
Cuantos cristianos decimos conocer a Cristo, pero en realidad no le conocemos, ante la muerte lo que sentimos es desesperación.
Una vez que me avisaron que mi mamá estaba enferma, que posiblemente le había dado un para cardiaco, yo me fui ante Cristo y le decía mi mamá no por favor, se me reveló todo por dentro.
Cuanto nos hace falta creer realmente que el que cree en Dios no morirá, que tiene una vida eterna. Si no me lo creo no soy cristiano, cristiano es el que cree en que Cristo está vivo y que él nos resucitará, el nos da de su misma vida, su vida eterna. Lo dice la Palabra, el que cree en mi no morirá jamás.
Porque no nos creemos esto muchas veces vivimos como esclavos de tantas cosas.
Hay un anuncio de seguros que está un hombre en la playa muy agusto de vacaciones, mirando su periódico arriba de un salvavidas y un tiburón que se le acerca. Y dice: asegure su vida.
Nos creemos de esto y ¿que hacemos? pasamos toda la vida juntando para un seguro de vidas, comprando cosas, ahorrando para poder irnos de vacaciones, y nos vivimos apegadas a tantas cosas materiales, sin darnos cuenta que la vida es mucho más, que nuestra vida es mucho más grande y que hay que empezarla a vivir.
Con razón a muchos cristianos nos dicen los tristianos, no se viven felices, a veces son los más apegados a las cosas, los más frustrados porque no se viven en la fiesta constante de vivir la vida eterna, de disfrutar el regalo de la vida.
IV.- LA ESENCIA DE ESTA VIDA ES EL AMOR
- El ser del hombre es el mismo ser de Dios: Amor, amor de la misma calidad de Dios.
- No se trata de un amor, una vida, sino que es el Amor y la única Vida. Sin ella nada soy.
Lo que nos da la plenitud, el gozo de la vida es el amor. Así como para el cuerpo, su plenitud depende de la sangre. Así para esta vida depende del amor. Tu vida depende del amor que tengas. ¿Quieres saber cuanto vives? Mira cuanto amor tienes en tu vida, cuanto amas.
Si yo no cuido mi sangre me enfermaré, si yo no cuido el amor en mi vida me enfermaré. Porque el amor es la vitalidad de la vida. Dice la Palabra de Dios: si no amas estás muerto. Puedo tener muchas cosas, lograr muchos éxitos, pero si no tienes amor nada eres, estás muerto. Por eso dice Jesús de que te sirve ganar el mundo entero si pierdes la vida, si en ti no está el amor.
Como sucede en el Evangelio, un legista, una persona que sabía mucho, que sabía lo que se tenía que hacer, que cumplía, que hacía todo lo que le decían. Le pregunta a Jesús Maestro ¿qué he de hacer para tener la vida eterna? Mira a pesar de todo no tengo la vida, no vivo, no gozo. Jesús le responde: ¿qué dice la Escritura? Amarás al Señor tu Dios con toda tu mente, tu corazón y tus fuerzas y al prójimo como a ti mismo. Y le dice Jesús: muy bien lo has dicho, ahora hazlo y vivirás. Empieza a amar a Dios, a tus hermanos, no solo lo sepas, hazlo y tendrás la vida eterna, ama.
Si no puedes amar es que estás muerto, estás anémico, porque no te has alimentado de este amor, has desconectado del amor del Padre. Así como la mamá alimenta al niño de sus entrañas en el seno, así nuestro Padre nos alimenta a través de la oración, del diálogo, de la convivencia con él, nos traspasa, nos alimenta de su amor. Si no podemos amar es porque llevamos mucho tiempo desligados de su amor, por eso no puedes dejarlo para mañana, hoy empieza a vivir, a amar, a conectarte con el amor que te da la vida.
El amor es lo esencial, no te permitas una hemorragia, no dejes que todo el amor que Dios derrama en ti se derroche, se vaya a la basura, porque tu te quedas sin vida. Empieza a amar al enemigo, no solo al que te cae bien. En esas situaciones donde tu ya no amarías, ama y tendrás un tesoro en el cielo no en la tierra, los tesoros de la tierra se apolillan, vienen los ladrones y se lo roban y el del cielo nunca termina. Fue lo que entendí cuando estaba trabajando, no tenía tiempo para mi familia, ni para los demás, trabajaba todo el día, estudiaba, solo para ganar buen dinero, hasta que entendí que estaba acumulando tesoros en la tierra pero no en el cielo y fue cuando dejé un trabajo porque quería dedicarme a los otros y dar a conocer el amor de Dios.
Antes envidiaba a mi jefe porque tenía dinero, porque ya tenía todo lo que yo quería, mi despacho. Pero ahora me siento tan libre de todo eso, ahora envidio pero de mala manera sino que es como un estímulo para mi el ver personas que viven amando, que se creen la vida eterna y que la viven.
El otro día estaba en el valle de la misericordia y estaba la estatua de San Francisco de Assís yo le decía: que envidia, como me gustaría ser como tu, una persona que realmente amó a Cristo, que le conoció y que disfrutó de su amor.
En el Coliseo Romano, mataban a los cristianos, sencillamente por creer en Cristo, los echaban a los leones, me contaron la historia de una madre de familia que estando a punto de echarla a los leones, le llevaron a su hija recién nacida y le decían: reniega contra Dios, di que no crees en Cristo y te dejamos libre. Ella dijo: no, yo voy a dar mi vida por Cristo, y mi hija sabrá cuanto vale Cristo para mi, para que ella cree y sea capaz de dar la vida como yo.
Yo al ver su fe, decía: como me gustaría creer y jugármela todo por ti Jesús como tu lo hiciste por mi. Recuerdo que en los ejercicios nos hicieron una pregunta. ¿Qué te gustaría que se dijera de tu muerte? y yo le pregunté a Jesús: ¿qué te gustaría decir de mí? Que me amaste y que te entregaste por mi. Que me has amado tanto que has dado la vida por mí. Que me has amado en cada hermano.
V.- ¿COMO SE ALIMENTA Y SE DESARROLLA ESTA VIDA?
Que sepa que la vida en este mundo es para desarrollar la Vida divina que está en él y es su identidad.
La vida de este mundo es para desarrollar la vida divina, la vida eterna, se alimenta a través de la oración. Así como la semilla se tiene que regar para crecer, así la oración riega nuestra vida y nos hace crecer, a medida que convivamos y dialoguemos con Dios, nuestra vida, nuestro amor va creciendo.
VI.- HOY PUEDES CELEBRAR TU NACIMIENTO
La persona ha de decidirse a ordenar toda su vida temporal en función de esta vida nueva.
Hoy puedes empezar a vivir esta vida eterna, no esperes a decir al final de tu vida me equivoqué, perdí el tiempo, cuanta gente he escuchado que me decía: si esto lo hubiera sabido antes. Yo misma cuando lo conocí dije: si lo hubiera conocido antes, mi vida hubiera sido diferente.
El otro día le pedí perdón a uno de mis compañeros porque por no conocer esta vida eterna, a Jesucristo, al Padre al Espíritu, yo dejé que él se fuera, aún recuerdo cuando él me contaba que se había cambiado a una secta, yo le decía: que bien. Pero hoy le digo: perdóname por no haberte dado la vida, yo no la conocía, yo no la tenía. Pero ahora que la conozco quiero empezar a darla, a que muchos la conozcan y la empiecen a vivir.
Hoy tú tienes la oportunidad de vivir, no la desaproveches, hoy puedes dejar huella en muchas personas. Cuantas personas que te dicen: gracias porque me has devuelto la vida, el sentido a vivir. Me has hecho descubrir la vida eterna que mi Padre ha puesto en mi. Deja huellas de eternidad, deja huella en cada persona, huellas de amor.
Hoy puedes empezar a vivir, como decía una señora: tengo 3 días de nacida, hoy empiezo a vivir. Cuida esta vida, cuida el gran regalo eterno que se nos ha sido dado. Hoy el cielo está en fiesta por tu nacimiento, como cuando nace un niño hacen fiesta. Hoy tú naces a la vida, al amor eterno de Dios. Empieza a vivir.
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