Por esto, en definitiva, nuestra ayuda mutua, va a
levantar la mirada a las personas, para ver y reconocer una realidad superior a
la que siempre ven y viven que no han probado.
Esta
vida, al ser amor, no se conoce ni se vive más que en comunión, pues el amor es
difusivo de sí, es siempre pasar del yo al nosotros y se manifiesta a través de
la comunidad y el movimiento, signo visible de la comunión que viven las mismas
tres personas de la Trinidad (cf. Jn 17,21; 13,35).
El
salto de fe es fuerte para el que no vive siquiera en una dinámica de amor,
encerrado en la estrechez del egoismo y las
personas se pueden asustar ante la fuerza de una verdad desde la cual es
una tontería seguir buscando las cosas de la tierra (cf. Col 3,1-3; Fil 3,7-8;
Lc 9,23-26), pero que si nuestras vidas aun siguen atadas a lo perecedero les
creará confusión o simplemente la entenderán como un "discurso
cristiano" más. Por esto es responsabilidad nuestra acompañar lo que
decimos con nuestra vida esclareciendo la verdad, mostrándola no como una
carga, sino como una realidad gozosa sin rebajar lo que implica.
Vivir
la Vida Eterna, es vivir las bienaventuranzas (cf. Mt 5,3-12), es vivir el
mandamiento nuevo (cf. Jn 13,34), es vivir los consejos evangélicos (cf. Ap
3,18) es llegar a la cruz por los amigos (cf. Jn 15,12-13). Se trata de entrar
en una vida nueva, es una redefinición de nuestra identidad, de nuestro
"Yo"
TU VIDA ES PARA AMAR
OBJETIVO
Convencer a las personas
del significado del verdadero amor. Amar es mi ejercicio, mi actividad vital.
Amar es exigencia vital para el hombre, condición para vivir, es como el
respirar y latir del corazón de todo hombre. Amar con el amor de Dios es vivir
y dar vida eterna. Se trata de amar, pero de amar como Jesús nos amó, con la
calidad del amor de Dios mismo. Es un imperativo porque en ello está la vida.
La ignorancia teórica y vivencial de este mandato es mortal. Amar con el Amor
divino significa salir de uno mismo, devolver a todo hombre su identidad y
crear ambientes fraternos donde se viva y se propague este Amor. Que se
convenzan y opten por el anuncio del Evangelio como la forma más eficaz y
urgente de amar a nuestro mundo. Amar es evangelizar.
OBJETIVO:
Convencer
a la persona de que su identidad sólo se realiza amando. Hacer descubrir a la
persona que su madurez en el amor, consiste en amar como Jesús ama.
FORMA:
Desde
un contagio muy vivencial la persona debe ir descubriendo la urgencia y la
necesidad, el gozo y la plenitud del cambio de amores, que hay en la
realización del hombre en su vocación al Amor visibilizada en el que predica.
ESQUEMA - CITAS BÍBLICAS
0. ENLACE
Hijos
del Amor, hechos para el Amor, partícipes de su misma naturaleza, ¡somos amor!
lo más propio de nuestra vida, su desarrollo normal y grandeza, consiste en su
crecimiento en la medida en que amamos. (En el amar está la solución de nuestro
mundo enfermo).
1. NUESTRA
VIDA ESTÁ HECHA PARA AMAR
- Amar es la única actividad que nos manda Dios y que
nos lleva al pleno desarrollo de nuestra identidad (cf. Lc 10,27; Rm 13,8; Gal
5,14).
- Si no amo pierdo la vida, pues sólo soy persona cuando
amo (1Jn 3,14; 1Cor 13,2).
- El amor es el único distintivo del discípulo (cf. Jn
13,34), y el único ejercicio eterno (cf. 1Cor 13,8).
2. ¿QUÉ ES
AMAR?
Llamamos amor a tantas cosas diferentes, que surgen
varios interrogantes:
2.1 ¿Qué es amar?
2.2 ¿A quien tengo que amar?
2.3 Amar, ¿según quien?
2.1 ¿Qué es amar?
Amar no es acariciar, palabras tiernas...
- Amar es procurar el mayor bien al otro, su desarrollo
y procurárselo.
- Pero el mejor bien, según quien: -los padres? -la
sociedad? -el grupo? -los amigos?
(cf. Jn 4,34; 6,38-40; Rm 12,1-2; 1Tes 4,3)
2.2 El amor, ¿según quien?
- Según el que te hizo y constituyó, según Dios
- Y, ¿qué es amor según Dios?: ser y vivir como Hijos
- Que seas y vivas según la imágen del Hijo
- Amar al otro es desarrollarlo en su ser... ser Cristo.
3 ¿A quien tengo
que amar?
- El amor, a pesar de ser mi identidad, se aprende, se
desarrolla.
- Grados de amor, enumerarlos: desarrollar el primero.
- Vemos más detenidamente el primero: -amar al prójimo
como a mí mismo: amarme bien, aceptarme, como lo que soy, HIJO, CRISTO; y amar
así al prójimo.
-¿Qué es amarme bien?.
-Amar
al proximo pero:¿quien es mi proximo?.
3. FRATERNIDAD UNIVERSAL.
-Todo
los hombres somos hermanos
-La fraternidad no permite el odio: Lo fundamental del
cristiano es dar la vida por el amigo.
-Somos administradores. 1Co.4,1-ss.
-¿Lo
tuyo es tuyo?.
-La
propiedad privada.
-El
destino común de los bienes.
4 JESÚS NOS
LLAMA A SER MANANTIALES DE AMOR PARA EL MUNDO
- Solo
amando con este amor, daré vida (cf. 1Jn 5,12) y crearé
nuevos ambientes.
-
Nuestro mundo tiene solución.
- El Amor fraterniza, crea ambientes
nuevos, y para esto es vital dar la Palabra de Dios. Por él vamos creando
fraternidades difusoras de la Vida y el Amor de Dios.
- El
mundo necesita de tu amor.
PARA AMAR (CHARLA)
ENLACE: (RECUENTO)
De esta convivencia,
de estos días en que estamos aquí metidos, uno sale con la plena seguridad de
que aprovecha aquel que se mete, aquel que no simplemente mira las cosas desde
la orilla.
Yo me acuerdo que una
de las cosas que más quería aprender yo era a nadar, entonces, como yo soy de
montaña, nunca me había metido en el agua, en la piscina o en el mar. Cuando me
llegaba un poco el agua hasta el cuello, empezaba a respirar así como ahogado.
y sin embargo yo me decía:” ¿Será posible?"; pero cuando uno se empieza a
meter en el mar, cuando uno se empieza a zambullir y se da cuenta de lo que
disfruta y que una cosa es que se lo cuenten a uno y otra cosa es que uno lo
pueda experimentar, se pueda meter... y por mucho más que uno se vaya metiendo
y metiendo, porque uno al principio empieza por la orillita, metiendo el dedo,
metiendo el pie y un poquito más, luego uno bucea y resulta que no hemos
llegado a disfrutar ni siquiera de lo que es el mar.
¿Por qué os digo todo
esto? Porque yo creo que todo el tiempo en que nos metemos, que nos regalamos y
que estamos nosotros aquí profundizando, solamente lo disfrutará aquel que se
meta y aquel que no se quede en la superficie, sino de que guste de verdad
todas estas cosas, como cuando uno aprende a nadar. Entonces es normal que el que no quiere
aprender a nadar, se ahogue, porque no ha aprendido a nadar.
Ej. Resulta que a mí,
cuando tenía unos catorce o quince años, me cogieron entre todos mis compañeros
-que yo no sé nadar, que yo no sé nadar!- ¿Cómo que no sabes nadar? me cogieron
entre todos, bueno¡ Fue la experiencia del "me empujaron". en vez de
yo meterme tranquilamente, me empujaron ahí y yo ahí, tragaba agua, la primera
vez saqué la cabeza, la segunda ya no saqué la cabeza, sino que saqué la mano y
mis compañeros se reían... hasta que no saqué nada... me agarraron y me sacaron
y me hicieron todo ese montón de cosas... De manera que no tienen que empujar. Nos atrae todo esto, por eso nos tenemos que
meter, tenemos que profundizar: de una de las cosas que todos estamos de
acuerdo y convencidos es de que lo más grande que tenemos es la vida y el Amor.
Y eso uno lo puede experimentar.
Ej. Yo me acordaba de
mi abuelita, de noventa y cuatro años, la última vez que la vi sólo le pedía al
Señor una cosa, porque ella es muy religiosa: Señor, déjame vivir cincuenta
años, porque yo no me quiero morir... Le
encantaba la Vida. Ella se ponía vestidos de jovencita, salía a pasear, se
quitaba las arrugas, y se iba para misa. Pero, abuela, usted ¿qué hace? Pues,
¿usted no lo sabe? - su sufrimiento más grande era pensar en la muerte- quería
vivir... se pintaba el pelo de negro, se iba... Abuela ¿Adónde va usted? parece
que va a conseguir novio... siempre decía "uno nunca sabe". buscando todavía el Amor. Por eso el joven,
el niño, el mayor quieren la Vida, el Amor.
Todo nos habla de la
Vida y del Amor. Y estamos de acuerdo en que somos tan sensibles a la vida y al
Amor, porque procedemos del Amor, que es Dios, ojo pues con esto. Tenemos su huella, estamos
tatuados por él: "Tatuado te tengo en la palma de mi mano y tú eres
mío". Tenemos sus mismos rasgos, su
misma fisonomía. Por eso nuestro Amor es totalmente insaciable, porque nuestra
propia identidad es que somos Amor, un Amor a lo grande, un Amor a lo fuerte. Por eso el joven
y todos nosotros buscamos sensaciones fuertes y entonces está el “puenting”, y
todos vamos buscando sensaciones, pero es que es lo más normal, porque es lo
que más nos constituye a nosotros: su misma fisonomía: lo que hablábamos, no:
yo tengo los ojos de mi papá, la nariz de mi mamá; es que soy hijo de tal y de
cual. A mí se me ve que soy hijo del
Amor porque tengo estas ansias profundas, grandes de amar y de vivir. Hombre,
¿Por qué hacen en la sociedad de consumo estas drogas químicas, el éxtasis?
para vivir con profundidad, para alucinar, para vivir en una realidad que es la
que yo añoro, la que yo quiero.
Esto de amar y de
vivir lo tenemos todos y bien marcado. Tenemos esta fisonomía de Dios y esto nos sale en todo: un amor que no se
acaba, que es eterno y que crece en intensidad.
1. NUESTRA
VIDA ESTA HECHA PARA AMAR.
Por eso uno descubre
que mi tarea y mi oficio y el de todo
hombre es amar. Y el hombre cuando ama, está como el pez en el agua: está hecho
para nadar, para estar en el agua, y uno los ve cómo van de aquí para
allá. Y los grandes pájaros están para
volar, así como el cóndor, que es el símbolo de la mayoría de los países
latinoamericanos: Ves que vuela de aquí para allá, está feliz siendo lo que es,
haciendo eso para lo que está hecho. Yo estoy hecho para amar y cuando amo me
ejercito, soy feliz.
Esa canción tan bonita
que dice: "Amar es mi único afán y todo mi ser busca expresar. Amar, no
deseo más, contigo caminar hasta lograrlo". O los que somos más de
Iglesia, esas canciones viejas que dicen: "Ama, si quieres ser feliz, ama
y todo cambiará; ama y así encontrarás la alegría de amar". Por eso no se puede sacar a un pez del agua,
porque se muere o meter a un pájaro dentro del agua, porque se muere; porque no
se desarrolla para aquello para lo que está hecho.
Mira, esa es la imágen
gráfica que yo más tengo en mi cabeza, para explicar esto: nosotros teníamos en una granja, criaderos de conejos
y ya sabéis que los conejos están hechos para estar por el campo, correr para
un lado y para el otro a toda velocidad por el campo silvestre. Resulta que,
como los hombres los vamos almacenando para comérnoslos, los enjaulamos y
entonces ¿qué pasó? que los conejos se ponen nerviosos cuando están en
cautividad; de tal manera que uno cuando entra en una jaula de conejos, lo
tieene que hacer con mucho cuidado para no asustarlos porque, como no pueden
correr, les da una enfermedad que se llama “estress”. Se “estressan” y al otro
día amanecen así, tensos, amanecen tiesos ¿por qué? porque el conejo no está
hecho para vivir en una jaula; el conejo está hecho para correr.
Ahí se explica por qué
tantos hombres andan por ahí “estressados”...¿Por qué? porque el hombre está
hecho para amar, el hombre está hecho para darse y para donarse por completo,
de tal manera que, cuando se encierra en sí mismo que eso es lo que no es Amor,
entonces decimos que está “estressado”. Y vas por ahí, como un día que iba yo a
esperar el autobús y me le acerqué a un señor ¿¡¡qué quiere!!? no, nada,
nada... estaba “estressado”, nervioso. ¿Por qué? porque no nos estamos
desarrollando como somos y esa es la enfermedad más grande que nosotros
tenemos.
AMAR ES LA ÚNICA ACTIVIDAD QUE NOS MANDA DIOS Y NOS
LLEVA AL PLENO DESARROLLO DE NUESTRA IDENTIDAD.
Si el hombre no se realiza, haciendo aquello para lo que está
hecho, se muere, está triste, está angustiado.
Tú, ¿por qué estás
triste? ¿Por qué estás angustiado?
Mirad, una vez cogimos
un águila que, en un vuelo o en un aterrizaje, se había fracturado las alas.
Y entonces resulta que había entre
nosotros un ecologista que la cogió, se consiguió la mano de cuero, la capucha
para ponerle, avisamos al “ICONA” que nos dio lo necesario para entablillarle
el ala y la teníamos encerrada. Mientras el águila estaba encerrada, estaba
cabizbaja, triste, estaba entre cuatro paredes, no estaba desarrollándose para
lo que estaba creada. Entonces aquel
ecologista lo que hacía era sacarla a hacer ejercicios de vuelo. Y ¿cómo lo
hacía? le quitaba la capucha y con el brazo agarrado en donde la tenía,
empezaba a zarandearla para que ejercitara las alas. entonces al principio, el
águila, como tenía miedo, no era capaz y se agarraba con mayor fuerza al guante
de cuero.
¡Huy!, esto es toda
una radiografía de lo que le puede pasar muchas veces a uno!: Venga, ¡Ama!
-"no quiero!" ¿por qué? "porque es que me he dado tal golpe,
porque es que he tenido tal experiencia"; " no, yo creo que el amor
no existe"; "yo creo que eso es para los libros de Corín Tellado,
pero no para mí". ¡Venga, lánzate!
no puedo¡ Hasta que un día, el águila con un poquito más de confianza al fin se
lanzó. ¡Mira, era una belleza ver este
animal! porque, cuando empezó a sentir
el aire sobre su pico, sobre sus garras, sobre sus alas, empezó a gritar como
hacen las águilas y empezó a dar vueltas por el centro, ¡estaba feliz! ¡estaba
haciendo aquello para lo que estaba hecha! Pues lo mismo le pasa al hombre.
SI NO AMO PIERDO LA VIDA.
Cuando la persona no
se desarrolla realizando aquello para lo que está hecha ¿qué pasa? Está triste,
está angustiada, necesita una cosa, necesita la otra, está totalmente
insatisfecha. Por eso, cuando uno empieza a amar... empieza a disfrutar! Uno se
da cuenta de estas personas que se van desarrollando en el Amor y dice: ¡pero
si todas estas personas están totalmente felices! lo que pasa es que muchas
veces sí que se puede tener miedo y salen las fracturas, las caídas, cuando uno
ha intentado desarrollarse en su máximo Amor. por eso es cuestión de ir
ejercitando en el Amor. Porque no es
simplemente saber que yo tengo que amar, sino irme ejercitando en el amor,
porque de ahí he nacido.
Por eso, de lo que se
trata ahora, en esta charla, en este rato es. aprendamos el oficio para el que
estamos hechos y ejercitémonos en el Amor. porque al hombre lo que le pasa es
que no sabe para lo que está hecho, no sabe que está hecho para amar: cree que
está hecho para estudiar, cree que está hecho para o hacer nada, cree que está
hecho para sufrir, cree que está hecho para cantidad de cosas, pero no sabe que
páralo que está hecho es para amar y por eso muchas veces está triste,
angustiado, sin saber qué hacer, desorientado. Y como muchas veces lo ha
intentado y se ha fracturado las alas...
Ej. Yo me acuerdo de
aquella muchachita que tenía más o menos dieciséis años, que me dijo: <Mira,
N., tú, no me hables, por favor, de que yo estoy hecha para amar, porque yo
cuando tenía trece o catorce años, yo creía que estaba hecha para amar; me
entregué a la persona que yo creía que me iba a amar y me embarazó y se fue. A mí no me hables de esas
cosas>.
EL AMOR ES EL ÚNICO DISTINTIVO DEL DISCÍPULO.
Tal vez hace falta que
practiques como esta águila y que ames, pero que ames como corresponde. Primero
que sepas para qué estás hecho y después el cómo hacerlo, para volver a
recuperar la alegría, la paz, etc. Lo
que dice tan bonito esa poesía de san Juan de la Cruz:
"Mi
alma se ha empleado,
todo
mi caudal en su servicio;
ya
no guardo ganado,
ya
no tengo otro oficio,
que
sólo el Amar
es
mi ejercicio"
Y continúa diciendo lo
mismo Jacinto Verdaguer:
<La
vida sin amar
es
lo mismo que el sufrir;
la
vida sin estimar
es
lo mismo que morir>
Porque en el Amar está
la Vida y en saber amar y en saber cómo amar.
2. ¿QUE ES
AMAR?.
Pero, surge un
interrogante, surgen unas preguntas; le surge a uno una angustia por dentro,
como todas las veces que nos planteamos estas cosas en serio, para los que ponemos nuestra vida en el asador, para
los que estamos intentando meternos en este mar tan grande: Pero ¿Qué es amar?
¿A quién tengo que amar? Amar ¿Según quién?
Porque el problema es
que llamamos a tantas cosas "amor"... hay tanta confusión... y
prendemos de todo: informática, aprendemos en la universidad, aprendemos a
conducir, aprendemos esto y lo otro, pero no aprendemos lo más fundamental y lo más fundamental es
aprender a Amar.
Pero, entonces, ¿qué
es amar? porque existe tanta confusión... tantas cosas... y sobretodo en este
mundo en que la afectividad está a flor de piel... que sería muy bueno que
nosotros supiéramos de verdad qué es lo que es amar... para ir con seguridad,
para no pegarnos morrazos, como se lo pegó aquella muchacha.
Amar no es interés, no es placer, no son caricias.
Hay mucha gente que
dice: “yo te amo"... pero no me ama a mí, ama el dinero que tengo. Yo
recuerdo que mi padre tenía una tienda y yo tenía dinero siempre en el
bolsilllo. Pero una vez me di cuenta que
el amor no es interés y que muchos de mis compañeros se acercaban a mí
solamente cuando tenía dinero. y me di cuenta que el dinero enturbiaba el
amor.
En la pandilla, en los
grupos de amigos, siempre que íbamos a una fiesta, conseguíamos las chicas y
las chicas a los chicos, no... y al principio yo era, muy tímido y los
muchachos me contaban lo que habían hecho con las muchachas, cómo las usaban y
uno me decía: "es muy fácil, N., tú te acercas al oído y empiezas a
hablarle palabras bonitas, que te gusta mucho, que es la más maravillosa del mundo,
que la amas, que estás dispuesto a dar la vida por ella, hasta que... un
penalty. A mí, esto me parecía tan sucio! usar a la otra persona y al otro día
ni se acordaba del nombre y yo me di cuenta de que el amor no es pasión, que el
amor no es usar al otro, como una lata de coca cola, que cuando la uso la tiro
y luego la destruyo.
Por eso, yo creo que
no tenemos que confundir el Amor con el placer; no podemos confundir el amor
con el interés...
Pero, entonces ¿qué es
amar?
Amar es: desear el mejor bien al otro y procurárselo
Amar no es, pues,
caricias, palabras tiernas, amar, dice la Iglesia, que es desear el mejor bien
al otro, desear su desarrollo y no
solamente desearlo, sino procurárselo.
Ojo con esta definición porque aquí está la clave de todo: Cuando yo amo
a una persona, yo le deseo el mayor bien.
El mejor bien, ¿según quien?:
los padres, los amigos, la
sociedad...etc.
Pero aquí surge un
problema y un interrogante: pero, N., el mejor bien, ¿Según quién? ¿Según los
padres?... ¡huy!, esto es un lío. Yo me acuerdo de aquel muchachito al que sus
padres lo único que le procuraban -porque creían que era lo mejor- era decirle:
"¡estudia, hijo, estudia, hijo!" o como aquel papá que pensaba que el
ser hombre era tener mujeres y beber y quería que su hijo tuviera su primera
"experiencia", porque así lo volvía "hombre"... Este chaval
-que yo hablé con él- tenía una tara, un trauma en su mente, en su corazón
porque el papá lo había hecho un desgraciado... y su padre creía que le estaba
haciendo el mayor bien... Por eso el mayor bien según quién... según la
sociedad? Si uno mira bien, descubre qué es lo que la sociedad quiere sacar de
nosotros: lo mejor de mí o nuestro bolsilllo...
Cuando uno mira un
poquito los anuncios, ¿Qué es el mayor bien?
¿vestir? ¿la imagen? como este problema que ahora tienen las chicas, al
menos en Madrid, según lo leí en un periódico: "por favor, cuando
realicéis anuncios publicitarios con modelos, no saquéis chicas delgadas,
porque no podremos enfrentar tanta anorexia en nuestras hijas" y todo
porque se quieren parecer a aquel modelo...
Amar según el que te hizo, te
constituyó.
Entonces el mayor
bien, ¿según quién?, ¿según el grupo? Pero, lo que me da el grupo ¿es lo que me
eleva a mi mayor dignidad? ¿dónde han empezado la mayoría de "pruebas
" en la droga, en tal cosa y en la otra... ¿no es en el grupete? ¿en el
quedar bien? A ver, ¿el mayor bien según los amigos? por eso es muy importante:
Amar es desear el mayor bien SEGÚN EL QUE ME HIZO, el mayor bien según de allí
de donde procedo, el mayor bien según el que me constituyó,
Aquel que me conoce en
lo más profundo de mi ser; el mejor bien según Dios, pero ojo con esto: el
mayor bien según Dios es que sea y viva como hijo de Dios, que me desarrolle en
lo más profundo que yo soy, que desarrolle mi propia imagen, y es según la
Imagen de Cristo, según su desarrollo, según su plenitud... ¿qué hombre hay más
libre que Jesús? ¿qué hombre hay que nos de una lección de amor más grande que
él?.
¿Qué es amar según Dios?: ser y vivir como hijo.
Y el Papá nos dice:
"mira, hijo mío, yo quiero que tú seas así, por eso, amar al otro es desarrollarlo en su ser y ¿cuál es su ser?
que sea hijo ¡cuál es su ser? que sea como Cristo ¡huy!, esto ya lo veremos más adelante.
Que sea y viva según la Imagen
del Hijo.
Porque esto a mí me
criba muchachas cosas: a ver Mi papá quiere que yo sea como Dios ¿sí o no' como
Cristo? la sociedad y los amigos desean que yo me desarrolle en mi mayor bien
que sea capaz de elevarme hasta las mayores alturas de amor. !Huy1 por eso es
muy importante el no quedarnos en la ambigüedad y entonces, ¿en qué consiste el
Amor de Jesús? Amarnos como el nos ama, lo vamos a ir viendo a través de todas
estas citas, que están en la palabra de Dios. Jn 15,12; 13,34; Lc 6,36 y en
todas las características del amor de Jesús.
No nos vamos a detener
aquí porque esto lo veremos más adelante, pero si alguien quiere buscar las
citas, ahí está la 1cor.13 y Lc.10,29: un Amor sin acepción de personas,
gratuito, sacrificado, total, difusivo, universal, liberador, fiel, que
perdone, inteligente, un amor que no
solamente sabe dar cosas sino sabe darse a sí mismo hasta las mayores
pruebas y extremos de Amor, hasta dar la vida por la Vida de Jn 15,13; 10,10;
13,16.
Amar al otro es desarrollarlo
en su ser Cristo.
Entonces ¿en qué
consiste el Amor? El Amor consiste en desear el mayor bien según Dios y
procurárselo. El mayor bien es que yo me desarrolle en lo que sea Cristo. Por
eso, ojo, ¿quién te ama? el que te ama es aquel que te desarrolla en lo más
grande, en lo más sublime, en lo más genuino, en lo que más te puedas
desarrollar.
3. ¿A QUIEN
TENGO QUE AMAR?
Pero hay otra pregunta
que a uno siempre le queda por dentro: ¿a quién tengo que amar?.
El
amor se aprende y se desarrolla.
Porque el Amor, a
pesar de ser mi identidad, se aprende -como decíamos- se desarrolla y también
hay como una especie de "escuela del Amor", así como uno va a 1º de EGB a 2º de EGB y luego va a BUP a COU a la universidad, así en el amor también hay
distintos grados, como distintos cursos, hasta que uno llega a lo máximo. es
toda una escuela, ¡huy!, ojalá lo pudiéramos desarrollar.
Mirad, hay
informáticos que están al pie del último grito de la informática y estudian y
tal y venga de acá para allá... los futbolistas están pendientes de la última
jugada... los científicos están ahí, como nos contaba uno de estos científicos
que están ahí sacando el doctorado en química allí en Alicante: "Ahora
estamos investigando y para el año 2000 y pico saldrá el medicamento para esto,
porque estamos trabajando, estamos investigando". Todo mundo ahí
pendiente, gaste y gaste...y de lo más fundamental... y para el Amor ¿Cuánto
tiempo gastamos? ¿Qué curso hay en la universidad que nos enseñe a amar?
Grados del amor. Enumerarlos.
Hay cantidad de libros
que dicen. posturas para el amor... Pero, vamos, de Amor, esto no tiene
nada. Por eso, entonces, ¡qué bueno
sería que algún día pudiéramos nosotros
lanzarnos un tiempo bien largo en el cual pudiéramos tratar cada uno de
estos grados del amor. Pero, sin embargo
los podemos ir nombrando para que veamos la grandeza tan grande a la que
estamos llamados a desarrollarnos:
1º Amar al otro como me amo a mí mismo.
2ºamar al otro como amo yo a Jesús. Necesitas un poco más de fe. Porque uno puede decir que
ama mucho al Jesús del sagrario, pero le da una patada en donde la espalda
pierde su digno nombre al mismo Jesús
que es mi compañero. "Cuando me viste hambriento, sediento" (Mt.25)
3ºEs mucho más bonito: amar al otro como le ama Jesús: ser capaz de dar
la Vida por el otro.
4ºAmarnos como se aman el padre, el Hijo y el Espíritu Santo; y ¡esto
es una preciosidad!, y hay otro más bonito todavía:
5º Ser capaz de salir de nosotros mismos y, porque el amor es difusivo
de sí mismo, no simplemente se queda uno en un círculo cerrado, sino que es un
amor creativo, y esa es ya la mayor
prueba de Amor.
Mirad hacia dónde nos
proyecta Dios: a ser capaz de esa maravilla de poder dar Vida, de poder ser
difusivos de nosotros mismos, de poder crear.
Veamos más detenidamente el primero: Amar al próximo
como a mi mismo.
Bueno, pero, entonces
vamos a quedarnos en la 1ª parte, el 1er grado del Amor y es lo que Dios nos
manda: es que seamos capaces de amar al
otro como a nosotros mismos. Y eso está en la: 1Jn.3,14-15; Ef.5,2; amar al
otro como te amas a ti mismo. Amar al otro porque es tu hermano, ¡ojo con esto!
Y el mismo ha querido identificarse con el hermano.
Pero este primer
grado, este primer mandamiento tiene un nivel, dos pasitos que son sumamente
importantes: Amar a Dios como me amo a mí mismo, como me amo a mí mismo.
¿Que es amarme bien?.
Yo creo que hay una
pregunta que nos debemos hacer. Tú ¿te amas bien a ti mismo?
Tú ¿te aceptas? Muchas veces las relaciones entre nosotros -como el otro es un espejo,
como el otro me proyecta mi interioridad- entonces lo que hago yo es
rechazarlo, le tengo pánico al roce, tengo un pánico a la amistad: Tantos
complejos, tantas dificultades. Mirad y
¿cómo sé si yo me amo bien a mí mismo? Lo sé si yo me deseo el mayor bien y me
lo procuro; es decir, si yo soy y me voy
construyendo para lo que estoy hecho, si yo voy construyéndome en el Amor, en
Cristo. De tal manera que si yo me lo deseo para mí, si yo me amo bien, entonces
soy capaz de amar al otro, ¡ojo con esto! porque yo creo que aquí está uno de
los mayores problemas de nuestro mundo, la falta de aceptación de uno mismo,
porque no nos conocemos en lo más profundo de nosotros mismos y entonces -ojalá
pudiésemos tratar esto con mayor detenimiento, pero el problema es que tenemos
que continuar- pero, ojo pues con esto.
A ver: mi vida es para
amar. Yo tengo que desarrollarme en el amor, pero 1º:Tú ¿te amas a ti mismo?
¡huy!, aquí el problema de la afectividad toca con mucha fuerza todo nuestro
ser... Por eso una de las primeras preguntas que nos tenemos que hacer es: ¿Yo
soy feliz como soy? o constantemente me estoy comparando... Es que si yo
fuera... si yo tuviera -yo qué sé- la cabeza de Einstein... los pies de M. Jordan...
los músculos de Schwzseneger... o, si yo tuviera yo que sé qué... pero te miras
en el espejo y te ves la cabeza de chorlito... los pies torcido y mi cuerpo más
torcido... entonces todo eso es un jaleo... entonces ponemos nuestro amor en lo
exterior y no en lo interior.
Por eso, ¿cómo poder
llegar a amar bien? 1ºAmémonos bien a nosotros mismos, pero amémonos bien como
toca, porque también aquí hay una confusión: amarme bien se cree que es darme
todo el gusto que yo sea. ¡no!! Si uno no es exigente consigo mismo, tampoco
podrá ser exigente con los demás... amarse bien es desarrollarse en lo que está
hecho, es decir, mira hacia donde llevas tu vida. Tú ¿la llevas para ser
perfecto en el Amor? ¿para ser Cristo?
Amar al próximo: ¿pero, quien es mi próximo?.
La 2ª parte de este
grado es amar al prójimo, amar al otro. ¿Por qué? porque el otro es mi
hermanos. Ya nos metemos en nivel de fe. entonces nos encontramos con este
pasaje tan bonito del buen samaritano: Lc.10,25ss. Dice Jesús que le robaron a
la orilla del camino. Cuántas personas
no nos encontramos nosotros a la orilla del camino, tiradas, golpeadas y
atracadas... Entonces dice que por ahí pasó un cura, luego un seminarista,
luego pasó un samaritano... se bajó de su cabalgadura... se acercó... se
abajó... le vendó las heridas... le puso aceite... y vino... lo montó sobre su
propia cabalgadura..¡huy! esto tiene para meditar muchísimo y lo llevó a la
posada y cuando lo llevó a la posada, dijo: "yo pago al posadero y si se
gasta algo más, yo se lo pago". Y pregunta Jesús. <<¿Quién es el
prójimo de quién?>> Inmediatamente le contestan. aquel que se abajó. Y
Jesús replica. <<Ve y haz tú lo mismo>>.
3. FRATERNIDAD
UNIVERSAL
Desarrollarme en el Amor es tener los ojos para mirar al
otro como mi hermano, como mi prójimo, como mi próximo... Yo me encontré a un
señor muy bueno que quiere amar a todos
los de África, pero menos a los de su
familia. El desarrollo en el Amor es con el prójimo, con el próximo. Y
nosotros, con todas las capacidades que El señor nos ha dado, es para que nos desarrollemos en el Amor. Todos los
talentos que el Señor nos ha regalado, si los ponemos en administración se nos
desarrollan con muchísima fuerza; por eso nosotros somos
administradores, nuestro padre Dios nos ha hecho administradores de todos los
dones que nos ha dado (1cor.4,2). Amar a
Dios es por eso, amar al hermano. Por eso hemos de abrir nuestros pequeños
círculos de amistad hacia una fraternidad universal.
A mí esto me lo enseñó
mi madre, ella me decía, mira N., todos los hombres somos hermanos, el otro es
mi prójimo. Pero, ya se lo pueden decir a uno y volvérselo a decir una y otra
vez... Pero cuando yo me di cuenta de que mi madre se iba todos los fines de
semana para la cárcel, allí, en Medellín -que ya sabéis cómo está eso- Se iba
al sitio peor, a la enfermería, al sitio que estaba más mal y gratuitamente
empezaba a curarles, a sanarles...y ella decía. es que este es mi hermano. Para
mí eran lecciones impresionantes y a ella empezaron a llamarla "mamá Carmen". Nos amaba a
nosotros y empezaba a demostrarnos este amor universal y yo empecé a ver
que el otro es mi hermano... Los
campesinos sin tierra que van con su familia de un lugar a otro. Ese es mi
hermano y que yo me lo tenía que jugar por él, por el otro.
Todos los hombres somos
hermanos
Una de las causas más
grandes por las que yo tuve que salir de un colegio, -en el que estaba becado y también interno y estaba
muy bien- fue, justamente, porque era un colegio de curas y entonces habían
mandado a un ecónomo y el lo primero que hizo fue organizar las tierras y
tenían muchísimas, casi medio pueblo era de ellos; pero resulta que tenían una
casita de una familia en medio de la finca. entonces el cura fue y les dijo:
bueno, me tenéis que vender esta casa a mí -Yo iba allí de vez en cuando a
hacer apostolado- entonces ellos me contaron: “N., resulta que vino el padre tal
y nos dijo que le tenemos que vender la casa..." y yo les dije
"¿qué opináis?" -ah, es que es
el Padre- "Mirad -les dije yo- dile
que si os da una casa en el pueblo, vosotros se la dais" -no, ¿no ve que es el Padre?- "no importa”, les dije yo.
Llegó el Padre con el
contrato para que lo firmaran, era una miseria lo que les iba a dar. El Padre,
con un poquito de sentido moral, se dio cuenta de que la reivindicación era
justa y entonces fue al pueblo y les consiguió una casa; fue donde ellos y les
dijo: “mañana vamos a ver la casa que les tengo preparada". Pero resulta
que la casa era en el barrio chino, una
casa grande pero en el barrio chino y resulta que ellos tenían hijos e
hijas. me llamaron y me dijeron que qué
me parecía y yo les dije. No! porque resulta
esa casa os va a durar nada, porque cuando tenga vuestra hija y vuestros
hijos ¿Vais a estar allí? ¿Qué futuro les vais a preparar? -Es que "el
padre" se va a enojar! Y yo les dije: "miren, aunque el Padre se
enoje!"
Mirad, yo creo que,
cuando seamos capaces de que la causa del otro sea mi causa, de que el otro no
me sea indiferente, del que el otro es mi hermano, entonces empezaremos a
jugarnos la vida los unos por los otros... Empezaremos a tener un panorama
grandísimo, impresionante. Entonces, claro, el cura se dio cuenta de que
alguien los aconsejaba y les hizo decir quién era el que los aconsejaba y me
dijo: pero, tú, ¿qué pretendes? ¿No ves que yo estoy arreglando estas tierras
para vosotros?. ¡A mí me dio una rabia! Yo le dije. "Mire, yo no quiero
esas tierras! si es a base de injusticias!" Total, me echaron... da igual,
me echaron del colegio porque era "comunista". Comunista o no
comunista, dejar la comunión diaria; me daba igual, sabiendo que estaban
cometiendo una injusticia con ese hombre: los hijos de los pobres que crecen
desnutridos y enfermos.
Mirad, una de las
imágenes más duras que yo tengo en mi mente es cuando fuimos a hacer apostolado
a uno de los barrios más miserables: Entonces yo veía cómo los padres despedían
a sus hijas a las seis o siete de la tarde, que se iban para el centro... y yo
iba a los padres y les preguntaba que adónde iban; y ellos, agachaban la cabeza
y me decían llorando. "A trabajar!"... y, ¿sabéis cuál era el
trabajo? Prostituirse...
Cuando uno se da
cuenta dice: esto no puede ser! Que unos tengan tanto y otros no tengan
nada!
Por eso entonces uno
se da cuenta que un enfermo, esto me pasó una vez, creo que ya os lo conté.
Resulta que mi familia es medio acomodada, y hay médicos; una vez, en un barrio
de estos, un enfermo se puso grave y yo me lo llevé al hospital, y el médico
amigo mío, familiar mío, me saludó, porque me conocía. Y me preguntó:
"¿Qué te trae por aquí?" yo, de corazón le dije: "un asunto muy
grave!" y le dije, le mostré al enfermo que estaba ahí en la camilla. y me dijo "Y ¿qué es
contigo?", inmediatamente pensé: "si le digo que es del barrio aquel
tan pobre, no me lo va a atender",
yo grité con toda la fuerza que pude, con todo lo que me daba el ser, de tal
manera que el hombre se quedó asombrado: "¡Es mi hermano! ¡Atiéndalo por
favor!". Cuando los hombres podamos
ver al otro como al hermano!...
O los desempleados que
se obligan a robar, los niños que son abandonados, todos esos son mis hermanos,
pero todavía hay un paso mucho más grande. entre hermanos no puede haber
enemistades, de tal manera que lo más genuino del amor cristiano es llegar amar
al enemigo. "Buah! Eso no se puede!". Sí que se puede:
La fraternidad no permite el odio: lo fundamental del
cristianismo es dar la vida por el amigo
Ej. Bernardo Jaramillo
Ossa: candidato a la presidencia de Colombia.
Yo me acuerdo de aquel -ya sabéis que en Colombia hay una ola de
violencia muy grande y los que matan suelen ser niños que han sido abandonados,
bueno es que es una historia muy larga de contar y muy dolorosa... les pagan
por matar, cuatro o cinco mil pesos y les enseñan a disparar. Ve y mata a aquella
persona y va y la mata- pues uno de
estos chavales fue contratado para asesinar a un candidato a la presidencia de
Colombia. Llegó el chaval y lo mató, de
tal manera de que, en medio del tumulto, como era en una manifestación,
cogieron al muchachito y corrió la noticia
Su madre, cuando se
dio cuenta de quién y cómo era el que había matado a su hijo, pidió en adopción
al niño, diciendo: "Por favor, el niño no tiene la culpa, dejenlo que
ocupe el lugar de mi hijo muerto".
No solamente es
prójimo el de cerca, el que está en mi casa o el otro que está lejos, sino el
enemigo, de tal manera que el cristiano no tiene ninguno. Esta es una discusión
que yo suelo tener con el Señor, o que yo tuve con el Señor... hasta que yo le
llegué a entender... Es que el dice que: "la mayor prueba de amor es dar
la vida por los amigos" y yo le dije. "Señor, tú te contradices,
porque dices que un cristiano tiene que amar al enemigo y entonces ¿cómo está,
no sería mejor dar la vida por el enemigo? Entonces tú ¿por qué dices que es
dar la vida por los amigos?" y en un rato de estos de oración descubrí que
es que el cristiano no tiene enemigos, para el cristiano todos son amigos,
todos son hermanos.
A mí me gustaría que
hoy nos hiciéramos una pregunta: a ver: ¿tú crees de verdad que el otro es tu hermano?, ¿Te lo crees?
Y es muy interesante
esto, porque cuando yo me di cuenta de esto, eso cribó los estudios que iba a
hacer y decía: "a ver, ¿esto sirve
para mi hermano? para sacar la familia adelante?. Mirad la imagen que yo tengo.
nosotros en mi familia -ya sabéis que yo soy de una familia numerosa- mi padre se casó ya mayor. Un día, llamó a
mis hermanos y les dijo: "Miren muchachos, yo ya estoy viejo y sus
hermanos son pequeños. ¿Me ayudan a levantarlos?" Nos reunió a todos y estábamos pendientes,
sobretodo mis hermanas, que dijeron: "Sí, papá, nosotros le ayudamos"
Somos administradores
Mirad, descubrir que
Dios es mi Padre, descubrir y entrar en sus entrañas de Padre, es poder
descubrir que el otro es mi hermano y que mi vida solamente tiene sentido en la
medida en que yo soy capaz de sacar la familia adelante. Por eso no solamente
es un nivel teórico eso de que el otro es mi hermano...A ver, tus estudios
¿Sirven para sacar al otro adelante? Por eso, amar no son bonitas palabras.
Acordaos de que amar
es desear el mayor bien al otro y procurárselo y que "obras son amores y
no buenas razones". Amar es buscar
la promoción del otro y no dice. ¿Qué puedo hacer? Tú puedes hacer mucho, mira,
tú tienes Vida, tú tienes esperanza, tú
tienes que contagiar muchísimo; tú, inviértete para sacar la casa adelante,
porque es verdad que somos administradores, pero no solamente administradores
de dinero, sino de nuestra inteligencia, de nuestros ojos, de nuestros pies, de
nuestro trabajo, de nuestra fe y somos administradores de todo lo que cae en
nuestra influencia: tierra, casas, comida, familia. por eso es bien bonito.
Un día íbamos dos
misioneros y el compañero me preguntó: N., ¿tú eres feliz? yo inmediatamente le
dije. "no!" y dice, ¿cómo que no? ¿No eres feliz? y por qué? Porque hay cantidad de gente que
no lo es...El hombre se quedó callado y dijo. "bueno, si vamos así".
Lo tuyo, ¿es tuyo?
Constantemente se nos
dice: ojo con confundir: lo tuyo es "tuyo" o ¿te lo han dado en
administración?. La inteligencia, los estudios, la salud, la vida, el tiempo,
la ciencia, la gracia, el amor, la oración...¿Son tuyos o son de aquellos que
los necesitan?
La propiedad privada
¡Huy! aquí tenemos
unos líos impresionantes sobre la propiedad privada.. bueno!!! Aquí hay unos
jaleos impresionantes cuando nos tomamos
en serio de que mi vida es para amar, para desarrollar al otro.
El destino común de los bienes
Mira, esto la Iglesia
lo tiene bien claro, y dice: <<De las cosas debo disponer en tanto y en
cuanto me sirvan y sirvan a los hermanos. Dios ha destinado la tierra y cuanto
contiene para uso de todos los hombres y por eso las cosas son de todos. Quien se halla en situación
extrema la puede disponer. Alimenta a quien tiene hambre porque si no lo
matas>> la Gaudium et Spes Nº 69.
La misma Iglesia lo
dice que, cuando uno da limosna si uno da de lo que le sobra, le devuelve al
otro de lo suyo propio. Claro, son otras dimensiones. <<Lo que das al
pobre ya le pertenecía, lo que pasa es que tú se lo retenías>> (Populorum
Progressio Nº23). Claro, todo esto visto desde una dimensión de fe. Mirad todo
lo que podemos hacer solamente si nos desarrollamos en el Amor; solamente si
somos capaces de procurarle el mayor bien, deseárselo y procurárselo. Por eso,
resumiendo todo lo dicho. ¿Yo descubro que estoy hecho para amar? ¿Qué es mar?
Amar es desear el mayor bien al otro y qué es el mejor bien? que el otro
desarrolle su identidad y para yo llegar al máximo del desarrollo de mi identidad.
Tengo que aprender a Amar. ya hemos visto el primer grado, ya veremos si algún
día podemos seguir con el resto y el primer grado es mar al prójimo como me amo
a mí mismo.
A ver ¿yo me amo bien
a mí mismo? o sea ¿yo me deseo el mayor bien? ¿yo amo a mi prójimo? ¿me doy cuenta de que el otro es mi hermano?
que mi familia es mucho más grande que cuatro paredes? Por esto el mundo se convierte en mi casa y
todos los hombres hermanos. El corazón se ensancha por completo (Is.54)
ensancha el espacio de tus tiendas, tus clavijas asegura, no te
detengas!". Que bueno poder decir como Helder Cámara, como M. Teresa de
Calcuta, como tantos y tantos misioneros: hoy yo puedo rezar con fe y con
devoción el padre Nuestro porque yo se
que Dios es nuestro Padre y todos los hombres son mis hermanos y toda mi vida
ya está dispuesta a amar al otro con toda la fuerza y con toda la intensidad,
sabiendo muy bien que el cristiano no tiene enemigos.
VIVENCIA EN EL DISCIPULADO
Como
sabemos, el deseo de amar es una realidad común
a todos los hombres, y sin embargo entendida de formas muy distintas,
unas veces como la relación sexual, otras como el darse al que se ama, otras
como el compromiso con los que tienen puntos comunes a él: familia, nación,
etnia...; otras se entiende como el ayudar a los más pobres y necesitados, es
lo que llamamos altruismo: estar en el voluntariado, ir a países del tercer
mundo, dar mis bienes a los más pobres y necesitados, los que más; otros dar
limosnas, un donativo mensual... Todas formas de entender el amor muy buenas,
pues todas vienen de Dios; muchos son
hasta capaces de dar su vida en aquel amor que entiende. Ahora, cuando
nosotros hablamos de amar remarcamos su vitalidad (eterna): “Nosotros sabemos
que hemos pasado de la muerte a la vida porque amamos a los hermanos. Quien no
ama permanece en la muerte. Todo el que aborrece (que para nosotros que
entendemos la misión significa: “es indiferente”) a su hermano, el un asesino”
1Jn 3,14-15; de ahí que entendamos amar como vivir y dar vida; vivir gracias al
encuentro con la Palabra (cf. Is 55,3; Ap 3,1-3), y dar vida a través de la
Palabra, pues en la Palabra está la vida (cf. Jn 1,4).
Pero
amar no sólo es vital para nosotros sino para la gran descendencia que Dios nos
ha confiado pero que sólo recibirán la vida si les amamos, si tenemos el gesto
y la palabra oportuna que les engendré a la vida. De ahí que para nosotros amar
sea mucho más que un deseo, y aun más, el fruto espontaneo y natural del
encuentro diario con Dios (cf. 1Jn 4,7-10),
pues jugamos con el destino eterno de cantidad de personas que si creen en
Cristo se salvarán (cf. Jn 3,16); pero ¿como creerán en aquel a quien no han
oído? Y ¿cómo oirán sin que se les predique? (Rm 10, 14). De ahí que para
nosotros sea una urgencia inaplazable (Nos jugamos demasiado), y con el apóstol
decimos “Predicar el Evangelio no es para mí motivo de gloria; es más bien un
DEBER que me incumbe. Y ¡Ay de mí si no predicara el Evangelio!” 1Co 9,16.
En
las escuelas de apóstoles esto se traduce en medios muy concretos, como las
escuelas de charlas, la revisión de vida, la dirección espiritual, la
confesión... en los que velaremos mutuamente porque nuestra vida y nuestra
palabra estén llenas de contenido, y a la altura de las necesidades de nuestro mundo,
para ser así profecía que devuelva la vida a las vegas de huesos secos que día
a día nos encontramos (cf. Ez 37,1,10).
Con
toda humildad y eliminando nuestra auto suficiencia, nos pondremos en manos de
la fraternidad y pediremos a nuestros hermanos que nos ayuden como nosotros nos
comprometemos a ayudarlos, “a formarnos
y capacitarnos, más y más, para desempeñar fielmente la misión de predicar el
Evangelio de Jesús por todo el mundo.” (cf. Fórmula de consagración: Cons.
118).
Así
como el desarrollo físico, psíquico y afectivo del niño depende enormemente del
amor que se le de en su familia, así el desarrollo espiritual del compañero de
formación y el discípulo, dependerán en gran medida del amor que le ofrezcamos;
no cualquier amor entre nosotros y para nuestros discípulos, sino un tipo
específico de amor en el que la promoción apunta a que el otro sea Cristo y
Cristo evangelizador, en el que la ayuda está en cómo hacer que el otro
responda viva y eficazmente al mandato de Jesús de hacer discípulos a todas las
gentes (cf. Mt 28,19-20).
Nosotros
queremos concretar nuestro amor creando fraternidades de vida evangélica que
evangelicen (cf. Documento de aprovación de nuestra fraternidad por el cardenal
D. A. Suquía) en el deseo de curar de raíz al hombre, eliminando desde dentro
la falta de amor que le destruye.
Nuestro
amor al hombre de hoy nos llevará a un amor especial por aquellos que han
optado por curarlo. ¿Qué respuesta le daremos a Dios cuando nos diga: “dónde
está tu hermano” Gn 4,9?. Ojalá nuestra respuesta no sea de ignorancia del
otro, quizá en una situación de pérdida del amor a Cristo y a los hermanos,
quizá en una situación de desconocimiento teórico y/o vivencial de su vocación
y misión por nuestra ceguera (cf. Mc 8,22-26) y omisión (cf. Lc 10, 29-32);
sino al contrario podamos decirle a Dios, como Jesús: “Cuando estaba yo con
ellos cuidaba en tu nombre a los que me habías dado. He velado por ellos y
ninguno se ha perdido. Santifícalos en la verdad, tu Palabra es verdad. Como tú
me has enviado al mundo, yo también los he enviado al mundo. Y por ellos me
santifico a mí mismo para que ellos también sean santificados en la verdad” Jn
17,12.17-19.
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